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Arturo Fernández en el papel del padre José María en 'Enfrentados'.
«Al carajo derechas e izquierdas, mi idelogía y mi subvención es el público»

«Al carajo derechas e izquierdas, mi idelogía y mi subvención es el público»

actor

Jonás Sáinz

Viernes, 6 de mayo 2016, 19:00

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Nunca es tarde para vestir los hábitos. A los 87 años, Arturo Fernández (Gijón, 1929), eterno galán sobre los escenarios, con más de medio siglo fiel a su propio personaje, mitad truhán, mitad señor, se quita el esmoquin e interpreta por primera vez a un sacerdote. Tres años después de 'Los hombres no mienten', el popular actor regresa al Bretón (viernes y sabado a las 20.30 h.) con 'Enfrentados', una comedia de éxito internacional del norteamericano Bill C. Davis, cuya versión española ha protagonizado durante dos temporadas en el Amaya de Madrid. Su principal reclamo, ver a Arturo Fernández en el del padre José María, párroco de barrio rico, haciendo frente a alguno de los dilemas actuales de la Iglesia católica.

LAS FUNCIONES

  • 'Enfrentados',

  • de Bill C. Davis

  • Dirección

  • Arturo Fernández

  • Intérpretes

  • Arturo Fernadéz y Bruno Ciordia

  • Teatro Bretón,

  • viernes y sábado a las 20.30 h. (dos horas de duración)

  • Localidades

  • 22, 20 y 14 euros

¿Tengo que empezar diciendo Ave María purísima?

Lo que quieras, pero la bendición solo la doy en el teatro.

¿Por qué hay que ver 'Enfrentados', además de por ver a Arturo Fernández haciendo de cura?

Ni más ni menos que porque es la mejor comedia que ha habido en los escenarios en veinte años. Te lo digo yo. Aclamada en Nueva York, premio Molière en Francia... Nosotros hemos estado dos años en Madrid con muchísimo éxito. Ahora de gira por toda España, venimos de Valencia, estaremos dos meses en Barcelona...

¿Gusta usted mucho en Barcelona?

Muchísimo; hay allí un público fantástico. Y en Logroño, ni te cuento; siempre estoy encantado de volver.

¿Por qué quiso hacer 'Enfrentados'?

Lo tenía pensada desde hacía años. Me gustó desde que la conocí. Es sorprendente, con diálogos muy inteligentes sobre temas de actualidad, con sentimientos... Nadie conoce la soledad del sacerdote. Y con mucho y muy buen humor, claro.

Usted es el padre José María, un cura tradicional pero con estilo propio.

El padre José María es un cura burgués con firmes convicciones en la fe de la Iglesia, pero con talante abierto y un par de debilidades: le gusta el vino y sueña con tocar el piano para cantar boleros. El público se ríe con él, porque es muy inteligente. Pero, ojo, que igual también se caen un par de lagrimitas por ahí.

¿Qué tal le sienta la sotana?

Clerman. Nada de sotana, un clerman muy elegante que me sienta divinamente. En mis comedias siempre es importante el saber estar.

¿Actúa distinto que de galán?

Algo en la forma de hablar, en la forma de mover las manos... Pero no puedo evadirme de mi forma de actuar. Ya llevo unos años y parece que no lo hago del todo mal. Todo lo que soy se lo debo al público y siempre procuro ofrecerle lo mejor de mí.

¿Echa de menos una mujer en el escenario?

Cómo no. Pero tengo al lado un actor joven magnífico, que es Bruno Ciordia.

Es Tomás, el seminarista con ideas renovadoras.

Se plantean cuestiones muy serias en esta obra: la mujer y el sacerdocio, el matrimonio de los curas, los curas gays... Todo muy actual pero todo con mucho respeto.

¿Los curas pederastas?

No, no. Eso sería desagradable. Y esta obra no busca ofender a nadie. Vienen muchos curas a vernos y les gusta. Me han llegado a decir que es como estar dos horas en misa. Eso me parece muy bonito. Y lo primero que digo es que yo soy católico.

¿Y qué opina como tal? ¿Debe renovarse la Iglesia católica?

Como todo; todo tiene que ir cambiando con el tiempo. Pero la Iglesia ya está cambiando. Lo que pasa es que tiene una tradición de dos mil años, tiene el colesterol alto, vista cansada, esas cosas que le deben de pasar a los viejos... Y no puede renovarse de golpe.

¿Qué opina del papa Francisco?

Gracias a él está cambiando; con cautela, con inteligencia.

¿No es medio comunista?

Nooo, no creo. Eso del comunismo no existe en la Iglesia... ni en el mundo entero. Eso no lo quiere más que algún partido político en España. Pero la Iglesia no es tan ignorante y es más seria que todo eso.

¿Debe la Iglesia tener ideología política?

No, la ideología de la Iglesia es la fe y sus reglas; la disciplina, el orden, el respeto... Actualmente hay respeto a muy pocas cosas en España,

¿Y el teatro? ¿Debe el teatro tener ideología?

Cada uno es como es y para gustos, los colores. Mi ideología es el público y, ante él, mis opiniones personales quedan al margen. Y personalmente, mi ideología son las cosas bellas de la vida.

¿Hay pocos actores de derechas o es que los de izquierdas dan más guerra?

Al carajo los de derechas y los de izquierdas. Me importo yo. Tengo mi fe y mis creencias y jamás he pedido un duro a ningún gobierno y no he parado de trabajar. Mi subvención es el público.

¿No le ofende el 21 por ciento?

Como al que más. Más el diez de autores, el 31 por ciento cada vez que abro un teatro. Que yo soy de los que van a taquilla. Hay muy pocas compañías que soporten esas pérdidas. Por eso tengo que hacer giras y más giras continuamente.

¿Cuál será la siguiente?

Siempre tengo cosas en mente. En la vida, siempre hay que tener planes si no quieres envejecer.

Le oí decir esta semana en un programa de televisión que usted lo que quería era ser millonario. ¿Sabría estar sin trabajar?

Ya lo creo que sabría. Y quién no quiere ser multimillonario. Pero yo no he hecho en mi vida otra cosa que trabajar. Quién sabe, quizás en la siguiente.

¿Qué se va a llevar de esta vida?

No sé, ya te lo contaré. Yo creo que me voy a quedar todavía un tiempo más.

¿Cree que le subirán a los altares o le arrojarán a los infiernos?

Hombre, yo pienso que a mí deberían darme a elegir. O mejor, a probar, y luego ya decidiré yo. Nunca se sabe. No se sabe nada.

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