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Uso prudente de los antibióticos
EL ESPECIALISTA

Uso prudente de los antibióticos

El uso excesivo e inadecuado acelera la aparición y propagación de bacterias resistentes

MARÍA TERESA JIMÉNEZ

Martes, 1 de diciembre 2015, 01:05

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logroño. Una iniciativa europea para la salud ha sido establecer el Día Europeo para el uso prudente de los antibióticos, que se celebra cada año el 18 de noviembre, motivo por el cual, vamos a recordar en qué consiste la resistencia a los antibióticos, cuáles son las causas, por qué supone un problema de salud pública y qué podemos hacer para mejorar.

¿En qué consiste la resistencia a los antibióticos? Los antibióticos, también llamados antimicrobianos, son un tipo de medicamento que puede destruir las bacterias o inhibir su crecimiento y así curar infecciones en las personas, los animales y, en ocasiones, en las plantas. No todos los antibióticos son eficaces contra todas las bacterias.

Se dice que una bacteria ha desarrollado resistencia cuando un antibiótico específico pierde su capacidad para destruir la bacteria o detener su crecimiento. Las bacterias resistentes sobreviven en presencia del antibiótico y siguen multiplicándose, prolongando la enfermedad e incluso causando la muerte.

El tratamiento de las infecciones causadas por bacterias resistentes plantea un reto: los antibióticos que se utilizan habitualmente ya no son eficaces y el/la médico/a ha de elegir otros. Además, las infecciones provocadas por bacterias resistentes requieren mayores cuidados, así como el uso de otros antibióticos diferentes y más costosos que, en ocasiones, pueden tener efectos secundarios más graves.

¿Cuáles son sus causas? La resistencia a los antibióticos puede ocurrir de manera natural como consecuencia de mutaciones en los genes de una bacteria. Sin embargo, el uso excesivo e inadecuado de los antibióticos acelera la aparición y la propagación de bacterias resistentes:

A.- Cuando utilizamos los antibióticos por un motivo no adecuado: los antibióticos no curan infecciones causadas por virus, como el resfriado común o la gripe. En estos casos, la enfermedad no mejorará si tomamos antibióticos: los antibióticos no bajan la fiebre ni mejoran los síntomas como los estornudos. Los antibióticos no curan infecciones causadas por virus.

B.- Cuando empleamos los antibióticos de manera incorrecta: si acortamos la duración del tratamiento, reducimos la dosis o no tomamos la medicación con la frecuencia correcta (si tomamos el fármaco una sola vez, en lugar de 2 ó 3 veces al día según las instrucciones), no tendremos una cantidad suficiente del medicamento y las bacterias sobrevivirán y se harán resistentes.

¿Por qué supone un problema de salud pública? Los datos de los programas de vigilancia ponen de manifiesto que la resistencia a los antimicrobianos es un problema de salud pública cada vez mayor en los hospitales y en la sociedad. Un ejemplo es la resistencia de Escherichia coli (E. coli) a los principales antibióticos que está aumentando en los países de Europa. E. coli provoca infecciones urinarias y otras infecciones más graves y es una de las bacterias causantes de infecciones más frecuentes.

¿Qué podemos hacer pacientes, usuarios y profesionales? No obstante, la población en general y los/las profesionales sanitarios/as, podemos tener un papel importante en la disminución de la resistencia a los antibióticos. Para poder seguir tratando con éxito las infecciones bacterianas, hemos de recordar que los antibióticos son fármacos especiales y requieren de nuestra colaboración, si no queremos que dejen de ser efectivos.

Pacientes y usuarios:

1.-Debemos seguir las indicaciones del médico al tomar antibióticos.

2.-Siempre que sea posible, hay que vacunarse para prevenir las infecciones.

3.-Tenemos que lavarnos las manos y las de nuestros hijos con regularidad, por ejemplo, después de toser y estornudar y antes de tocar otras cosas o a otras personas.

4.-Podemos consultar con el/la médico/a. Utilicemos siempre los antibióticos bajo prescripción facultativa, no aprovechemos la medicación que sobre ni tomemos antibióticos obtenidos sin receta médica.

5.-Preguntemos a nuestro/a farmacéutico/a cómo reciclar los medicamentos sobrantes.

Médicos/as y otros profesionales sanitarios, por ejemplo, farmacéuticos/as y enfermeros/as:

1.-Hay que recetar antibióticos sólo cuando sea necesario, conforme a la evidencia científica disponible. En la medida de lo posible, recete un antibiótico que sea específico para la infección concreta y no un antibiótico «de amplio espectro».

2.-Hable con los pacientes sobre cómo pueden aliviar los síntomas de los resfriados y la gripe sin recurrir a los antibióticos.

3.-Explique a los pacientes por qué es importante que cumplan el tratamiento cuando el/la médico/a les receta un antibiótico.

Finalmente, y a modo de conclusión, el uso prudente de los antibióticos, es decir, tomar los antibióticos sólo cuando sean necesarios, en su correcta dosis y duración, puede contribuir a detener el desarrollo de bacterias resistentes y ayudar a que los antibióticos sigan siendo efectivos en el futuro.

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