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El padre Krzystof Charamsa se apoya, ayer, en el hombro de su novio Eduardo. :: TIZIANA FABI / afp
Un cura homosexual en el Vaticano

Un cura homosexual en el Vaticano

La Santa Sede decide expulsar al cura polaco, que trabaja en la Congregación para la Doctirna de la Fe

DANIEL ROLDÁN

Domingo, 4 de octubre 2015, 01:13

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Todo estaba preparado para que este domingo el Papa inaugurará el Sínodo de Obispos sobre la Familia. Un encuentro, el segundo en el papado de Francisco, que ya nacía con tensiones entre las facciones más progresistas y conservadores por asuntos como el papel de los divorciados en el seno de la Iglesia, las parejas de hecho o el lugar de los homosexuales. Un mar «con muchas turbulencias», como explicó el viernes el secretario general del sínodo, Lorenzo Baldissieri. Pero nadie esperaba que esas turbulencias aparecieran un día antes. El culpable fue un cura polaco, Krysztof Olaf Charamsa, que decidió hacer pública su homosexualidad en Il Corriere della Sera y en la edición polaca de Newsweek y presentar en sociedad a su novio catalán, Eduardo. «Sé que la Iglesia me verá como alguien que no supo cumplir con su deber (de castidad), que se extravió y, por si fuera poco, no con una mujer, ¡sino con un hombre!», reconoce.

Pero para hacer esta situación más complicada para el Vaticano, el religioso polaco de 43 años era uno de los encargados de guardar la ortodoxia católica: era teólogo en la Congregación para la Doctrina de la Fe desde 2003. Ayer, además de hacer pública su orientación sexual, se quedó sin trabajo. La Santa Sede actuó con rapidez y anunció su cese. «Evidentemente, monseñor Charamsa no podrá seguir desempeñando sus funciones precedentes en la Congregación para la Doctrina de la Fe», apuntó Federico Lombardi, quien calificó su anunció en el periódico italiano como «grave e irresponsable». «Intenta someter la asamblea sinodal a una presión mediática injustificada», lamentó Lombardi. El Vaticano precisó que los superiores jerárquicos de su diócesis deberán decidir si conserva su estatuto de cura, algo que se antoja poco probable, después de que Charamsa reconociera que tiene pareja.

Pero si la confesión periodística no era suficiente, el padre -por el momento- Charamsa habló a los medios en un restaurante romano acompañado de su pareja. «Quiero decirle a mi Iglesia que rechazo y denuncio la exasperante homofobia ambiental. Abre los ojos al sufrimiento de las personas homosexuales, a su deseo de amor», declaró, vestido con su sotana. Su pareja, un catalán llamado Eduardo, lo abrazó después de estas declaraciones y dijo sentirse «orgulloso de él».

Charamsa, visiblemente conmovido, leyó luego un «manifiesto de liberación» de diez puntos contra «la homofobia institucionalizada de la Iglesia» y anunció que está escribiendo un libro. «Pido perdón por todos esos años en los que sufrí en silencio ante la paranoia, la homofobia, el odio y el rechazo a los homosexuales, que viví en el seno de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que es el corazón de la homofobia en la Iglesia», afirmó.

Paranoia

El cura aceptó, resignado, que probablemente no podrá seguir con su labor. «Sé que tendré que renunciar a mi ministerio, aunque es toda mi vida», declaró, según recoge AFP. Charamsa, evidentemente, es muy crítico con la actitud de la Iglesia católica hacia la homosexualidad y pide una revisión inmediata. «No se puede esperar otros cincuenta años», afirma el prelado en la revista estadounidense editada en su país. «Es hora de que la Iglesia abra los ojos frente a los homosexuales creyentes y entienda que la solución que propone, esto es, la abstinencia total y una vida sin amor, no es humana», considera el teólogo. «El clero es ampliamente homosexual y también, por desgracia, homófobo hasta la paranoia, porque está paralizado por la falta de aceptación hacia su propia orientación sexual», dijo en la edición polaca de la revista Newsweek.

El cura polaco confesó que siempre se sintió homosexual pero que, al principio, no lo aceptaba y repetía lo que la Iglesia le imponía, «el principio según el cual 'la homosexualidad no existe'». No obstante, sí que hay una persona dentro del Vaticano que el prelado respeta y admira. Chramsa solo tiene buenas palabras hacia el Papa argentino. «Francisco es fantástico porque nos ha hecho redescubrir la belleza del diálogo», expone. En su última viaje a Estados Unidos, el Santo Padre se reunió con representantes de las corrientes a favor y en contra del matrimonio homosexual. Se reunió así con una funcionaria que se niega a expedir licencias de matrimonio y estuvo presa por ello y a un argentino y su compañero sentimental. En esta situación tumultuosa, comienza hoy el sínodo que se desarrollará durante tres semanas y coincide en su jornada inaugural con una reunión de católicos del movimiento LGTB en Roma. Representantes de 31 países debaten estos días sobre cómo crear puentes en el seno de la Iglesia.

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