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Sábado, 5 de septiembre 2015, 08:24
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Si uno escucha la palabra 'claqué' no puede evitar rememorar a los geniales Fred Astaire o Gene Kelly pisoteando el suelo a un ritmo explosivo. Sin embargo, este baile "ha evolucionado muchísimo" desde su auge en los años 30 y 40 del siglo XX y "hay que enseñarlo", afirma el bailarín madrileño Lucas Tadeo.
Para darlo a conocer al público, Tadeo presenta este sábado en el Teatro San Pol de la capital la segunda edición del Tap Residency Madrid, un espectáculo de claqué en el que participarán 21 bailarines profesionales de varios países, como España, Italia, Suiza o Australia, entre otros. La estrella invitada de este año será el coreógrafo y también bailarín estadounidense Nicholas Young. Todos ellos han realizado un trabajo intensivo la semana previa a la función a través de ensayos muy exhaustivos.
Pero el verdadero objetivo de la función no es el espectáculo en sí, sino "crear escuela y promocionar este tipo de baile en Madrid, donde -opina Tadeo- sigue relacionándose con el siglo pasado". Utiliza un símil futbolístico para explicarlo: "Pelé era un crack, el mejor del mundo, pero ya no se juega como lo hacía él".
"El claqué ha evolucionado y se ha adaptado a los estilos musicales de ahora, como el funk y el hip-hop", explica el bailarín. No obstante, el tap -así se conoce también al claqué- mantiene algunos de los elementos que le han caracterizado durante años, como la improvisación. "El bailarín es como un músico más, un verso libre sobre el escenario", dice Tadeo. De hecho, el evento acogió ayer una competición conocida como 'cutting contest', que consiste en 'batallas' de baile en las que los bailarines improvisan una danza por turnos y sólo uno pasa a la siguiente fase.
Tadeo abrió el año pasado la escuela de danza 'One more tap', para convertir a Madrid en una ciudad referencia en el baile de claqué. Para lograrlo se fija en su colega Guillem Alonso, un bailarín catalán que "emigró a Estados Unidos, volvió y ha creado escuela en Barcelona".
Según explicó Tadeo, su objetivo a corto plazo es "consolidar este evento y que la gente sepa que se puede hacer un claqué moderno", para que, en unos años, las grandes productoras musicales "apuesten por este tipo de baile y lo asuman como un espectáculo en sí mismo, porque ahora sólo se ve de vez en cuando y acompañado de otros estilos".
Durante la semana de ensayos, varios profesores también han impartido clases de claqué a bailarines de todos los niveles, interesados convertirse en verdaderos profesionales de tap.
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