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El logroñés Juan Ramírez es autor de otros tres libros.
«No se me podría considerar escritor en estos cuarenta años, pero creo que moriré siéndolo»

«No se me podría considerar escritor en estos cuarenta años, pero creo que moriré siéndolo»

El libro 'La novela del tiempo', de Juan Ramírez, se convierte en exposición en López de Heredia con las piezas de ocho artistas y la música de Pablo Villegas

Jonás Sáinz

Viernes, 3 de julio 2015, 16:41

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Rosa Castellot dibuja la nieve en SOLOS, Jesús Lasanta convierte en abstracta una imagen doméstica en AMADA, Juanjo Ortega plasma un paisaje de guerra en DOLOR, Demetrio Navaridas teje una doble celosía de símbolos enredados en PODER, José Carlos Balanza le da al pensamiento densidad de hierro en RAZÓN, Óscar Cenzano construye unas tapas con bisagra para el libro en AMIGO, Carlos Rosales ironiza con una calavera en SALUD y en HADOS Félix Reyes reflexiona sobre la esperanza de una mujer embarazada. Son las ocho obras visuales que sendos artistas realizaron para ilustrar el singular libro de su amigo Juan Ramírez Codina 'La novela del tiempo en diez mil versos' (Ediciones El Cobre, 2014). Ahora, al cabo de un año de su publicación, forman la exposición 'El libro abierto', que se inaugura esta este viernes en la Bodega López de Heredia Viña Tondonia, en Haro (a las 20 h.).

LA EXPOSICIÓN

  • 'El libro abierto', basada en 'La novela del tiempo en diez mil versos' (Ediciones El Cobre, 2014), de Juan Ramírez (i) Codina.

  • Artistas Rosa Castellot, Jesús Lasanta, Juanjo Ortega, Demetrio Navaridas, José Carlos Balanza, Óscar Cenzano, Carlos Rosales y Félix Reyes; Pablo Villegas (música), Teresa Rodríguez (fotografías), Bernardo Sánchez (presentación) e Isabel Krug (comisaria).

  • Inauguración Bodega R. López de Heredia Viña Tondonia (Haro), a las 20 h.

En efecto, la presente muestra 'abre' al público un libro muy especial que quizás haya permanecido 'cerrado' al lector convencional por tratarse de una obra experimental y, por eso, algo hermético, a medio camino entre el objeto artístico en cuanto a la forma y el rompecabezas matemático-literario por su contenido. Es una especie de gigantesco 'diablotín' (aquel juego infantil de letras semimóviles con las que componer palabras o series) compuesto de cuatrocientos poemas de veinticinco versos cada uno, que suman los diez mil que dan título a la novela en tercetos encadenados (como la 'Divina Comedia'), con cuatro historias distintas en diferentes momentos que confluyen en la cuarta, y el tiempo como elemento en común y tema subyacente. Y todo organizado en ocho capítulos cuyos títulos inspiraron las obras visuales mencionadas.

Son estas obras las que ahora reclaman su protagonismo porque este libro multidisciplinar nació también con vocación de catálogo de arte. En López de Heredia se exhiben junto con los retratos fotográficos de sus autores realizados por Teresa Rodríguez y otros materiales, como los manuscritos de Ramírez que explican el proceso creativo y las partituras de las ocho piezas escritas por Pablo Villegas, cuya música, su ópera prima como compositor, sonará en la sala de exposiciones. Bernardo Sánchez, que en el libro figura como guía de su intrahistoria, lo será también en la presentación de este evento comisariado por Isabel Krug. Y además se ha editado un plano de la exposición con los diez mil versos por el reverso y un mapa de Viña Tondonia de 1932 en el anverso.

Juan Ramírez (Logroño, 1954), directivo del grupo Würth y fundador en el 2007 del Museo Würth-La Rioja, ya había probado su faceta literaria en títulos anteriores: 'Las horas de la luna' (1994), 'Todos escriben novelas de horror' y 'El tiempo según san Marcel' (2008). Ahora se dispone a dejar de ser un diletante.

¿Cuál es el espíritu de la muestra?

El libro siempre se pensó como algo multidisciplinar: era poesía, era novela, pero también eran las obras plásticas que lo ilustran. Ahora lo abrimos, lo destripamos, mostramos el proceso creativo, lo deconstruimos.

Las obras son regalos entre amigos.

Sí, porque juntos formamos un grupo de amigos más que un grupo artístico [Riojana de Inauguraciones] y yo fui el que les lie en este proyecto. Sus obras son el regalo con el que me correspondieron.

¿Qué vida ha tenido el libro en este año?

Ha tenido media docena de presentaciones en Logroño, Canarias, Madrid y Barcelona, con buena acogida, algunas buenas críticas y un premio del Centro Riojano de Madrid.

Pero es un libro poco convencional; habrá causado extrañeza.

Ha tenido muy mala distribución y pocas ventas, como suele ocurrir con estos libros.

Eso no habrá sido una sorpresa para usted, ¿no?

No, pero es un libro para quedarse, no un fruto de la novedad. Creo que podrá cumplir cincuenta años y ser exactamente igual que cuando se creó. Está claro que no es un pero envejecerá más despacio que muchos otros.

Ha intensificado su faceta literaria y está a punto de publicar un poemario.

Hasta final de agosto no me jubilo, que es cuando espero empezar a dedicarme plenamente a escribir. Pero el 4 de agosto presento en el ciclo Agosto Clandestino un poemario titulado 'El duelo'. Es un libro un poco deudor de 'La novela del tiempo...', pero pesa mucho menos.

¿En qué sentido es deudor?

Porque, más que de un impulso poético, estos dos libros surgen de un desafío de ingenio y juego matemático. 'El duelo' son cien poemas, con 2.500 versos, o sea la cuarta parte de 'La novela del tiempo...' Y también es una historia, en este caso entre dos personajes, una novela corta en la que una chica mexicana y una señora de Barcelona se escriben por correo electrónico. Y esos cien poemas recogen todo tipo de modelos de estrofas de la literatura española. Con lo cual, siendo una historieta divertida, sirve como libro de texto de ejemplos.

¿Le ha llegado el momento de sentirse escritor?

Ahora tengo 61 años y está claro que no se me podría considerar escritor en estos últimos cuarenta años. Eso ya no va a cambiar, aunque quizás me habría gustado haber tenido una vida como escritor. Lo que sí que es muy probable es que moriré siéndolo.

No sería el primer escritor de carrera tardía.

No, tenemos un buen ejemplo en José Luis Sampedro, que se dedicó prácticamente a la empresa y a la economía y en su vejez se entregó a escribir y fue muy prolífico y muy admirado.

¿Qué escribirá ahora?

Me gustaría vivir relajado, fuera de presentaciones, para poder escribir con calma y ponerme con una novela que me lleve tres o cuatro años.

¿Renunciará al estilo anterior?

Bueno, a todos nos gusta que nos lean. La forma y el estilo son importantes, pero tampoco me satisface que me cataloguen como un escritor ilegible. Habrá que hacer algo a medio camino.

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