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El pirata de las trompetas y las congas

El pirata de las trompetas y las congas

Jerry González abre al frente del Comando de la Clave el XV Ciclo de Jazz de Cultural Rioja

J. SAINZ

Jueves, 7 de mayo 2015, 01:10

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logroño. Sombrero, gafas oscuras y esa media sonrisa permanente de quien se trae algo interesante dentro de la cabeza. Él lo expresa con trompetas y congas. Melodías y ritmos navegando siempre entre dos aguas. La figura inconfundible del mayor 'pirata nuevayorkino' del Caribe abre hoy el XV Ciclo de Jazz de Cultural Rioja. Jerry González, uno de los pioneros del jazz latino, actúa en el Bretón (a las 20.30 h.) con su actual cuarteto 'madrileño', El Comando de la Clave, una formación que sigue explorando y agrandando el género entre sus raíces caribeñas y la intensidad adquirida en las grandes capitales del jazz. Con el bajista de Paco de Lucía, Alain Pérez, el pianista de tumbao infalible, Javier Massó 'Caramelo', y uno de los percusionistas cubanos más relevantes de su generación, Enrique 'Kiki' Ferrer, el comandante González vuelve a la carga en Logroño. No todos los días se puede ver aquí (ni en muchos sitios) a una auténtica leyenda.

EL CONCIERTO

  • uJerry González y El Comando de la Clave

  • uJerry González (trompeta y congas), Javier Massó 'Caramelo' (piano), Alain Pérez (bajo eléctrico y voz) y Kiki Ferrer (batería)

  • uTeatro Bretón, 20.30 h. (15 y 8 euros)

  • uResto del ciclo Chucho Valdés (14 de mayo), Víctor de Diego Trío (21 de mayo) y China Moses (28 de mayo)

No es exagerar, ni siquiera con la apariencia icónica de este personaje que parece recién salido de algún tugurio humeante del Bronx (y así es en realidad, aunque lleve quince años residiendo en Madrid): no existe en el actual panorama jazzístico un músico que represente mejor que él la histórica combinación entre el Caribe y Nueva York. Desde Chano Pozo hasta Maura Bauzá, pasando por Mongo Santamaría o Chico O'Farrill, Jerry González ha conseguido una distinción propia que tan pronto parte de estos referentes como de los mitos del jazz como Louis Armstrong y Dizzy Gillespie. «Jerry es la esencia del jazz, un músico de club -ha dicho de él Javier Estrella, director del Festival de Jazz de Madrid-. Con él llegó una leyenda, una figura de primer nivel. Es una referencia absoluta, no en España, en el mundo». Y hoy toca en Logroño.

Hijo de inmigrantes puertorriqueños, Jerry González nació en Manhatttan en 1949. Cuenta que su padre, que era cantante, le enseñó lo básico con su primera trompeta y que con cuatro años escuchaba sin parar discos de Louis Armstrong, Roy Eldridge y Dizzy Gillespie. Las congas llegaron a los catorce, cuando se rompió una pierna. Para entonces la mezcla ya corría por su sangre.

«Claro que creo en la fusión -afirma-. Yo soy un resultado de la fusión. En el Nueva York donde me crié convivían en los mismos espacios los grandes del jazz y los grandes de la música latina. En ese ambiente resultaba natural beber de ambos mundos, los dos estilos eran parte de nuestra identidad desde la cuna».

Sus influencias más relevantes se encuentran en Miles Davis, Mongo Santamaría y el propio Gillespie, de cuya banda formó parte en los primeros setenta. Luego tocó también con Eddie Palmieri y Tito Puente. A finales de los setenta publicó su primer disco en solitario, titulado 'Ya yo me curé', y poco después fundó su mítica Fort Apache Band.

Su popularidad creció en el 2001 con su participación en la película de Fernando Trueba 'Calle 54', en la que aparecían muchos de los principales músicos del latin jazz, como Tito Puente, Bebo Valdés, Gato Barbieri, Paquito D Rivera... Al fijar entonces su residencia en Madrid surgieron nuevas colaboraciones, como la que dio origen al disco 'Jerry González & los Piratas del Flamenco', que incluía al guitarrista Niño Josele, al cantaor Diego el Cigala y al percusionista Israel Suárez Piraña. Fue una nueva aproximación a la fusión de jazz y flamenco, sin bajo, sin batería ni piano. También ha colaborado con otros músicos flamencos como Enrique Morente, El Negri, Jorge Pardo y Paco de Lucía, músicos de copla como Martirio o de pop como el argentino Andrés Calamaro.

«Hay otras fusiones -explica- que no surgen de una realidad social sino de la curiosidad y admiración entre músicos de diferente estilos, como me ha pasado a mí con el flamenco, y es algo también muy respetable aunque uno debe que ser siempre cuidadoso cuando se adentra en estilos que no conoce bien. Si uno investiga el origen de cualquier estilo ve que la fusión es algo natural, en especial en países como España donde el cruce de culturas ha existido durante milenios».

Con El Comando de la Clave, cuyo primer trabajo fue mejor disco de Latin Jazz de 2011 para algunos críticos y nominado a los Grammy Latinos 2012, Jerry González ha retomado su propio rumbo. Por él se adentra ya una edición de enorme calidad del Ciclo de Jazz de Cultural Rioja, que seguirá las próximas semanas con el gran Chucho Valdés (día 14), el trío del saxofonista vasco Víctor de Diego (21) y la cantante China Moses (28). Cuatro jueves de gran jazz.

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