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'El nombre de Dios adorado por los ángeles', cuadro de Goya que se muestra en la exposición. :: r. c.
Las mocedades del maestro Goya

Las mocedades del maestro Goya

Zaragoza reúne lo mejor de la obra temprana del pintor en una muestra con piezas inéditas

MIGUEL LORENCI

Jueves, 12 de marzo 2015, 01:22

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zaragoza. «La genialidad del Goya maduro está ya en el Goya más temprano». Lo asegura Manuela Mena, una de las grandes especialistas en Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828) y comisaria de una muestra histórica sobre su primera etapa. El universal pintor aragonés se reencuentra con su tierra en 'Goya y Zaragoza (1746-1775). Sus raíces aragonesas'. Están en ella todas las pinturas de su mocedad artística, las que realizó antes de 1775, cuando se traslada a Madrid y lanza su carrera. Ya es un «mago de la luz» y denota que, contra lo que apunta el tópico, «no será un reportero de su días», según Mena.

«Todas las obras de esta exposición son de su mano sin duda alguna», apunta Mena, conservadora jefe de la pintura del siglo XVIII y Goya del Prado, que ha colaborado muy activamente con la muestra. «En sus pinturas tempranas está ya la impronta de su genio y la importancia de la obra de Goya», insiste la especialista, quien destaca el valor de unas piezas atribuidas al genio de Fuendetodos «sin ningún género de duda». «Hay decenas y decenas, por no decir cientos, de obras de esta época falsamente atribuidas a su mano», hace notar Mena, responsable de un buen puñado de certeras atribuciones goyescas.

Con esta exposición se reabría hace unas semanas el renovado Museo Goya-Colección Ibercaja, y la capital aragonesa saldaba un deuda con su pintor por excelencia y «cumplía un sueño», según la directora del museo, Rosario Añaños. En sus salas temporales reúne ahora una treintena de piezas del Goya joven, algunas inéditas, entre pinturas, dibujos y estampas. Una selección que pone en valor la obra temprana de un creador universal. «Se realza, valora y se da a conocer al Goya joven desde que se le considera un pintor», resumía Mena.

Priman los óleos, que permiten bucear en la identidad y los intereses plásticos del joven pintor aragonés y en su vida personal durante su primera etapa creativa. Incluye la selección sorpresas como los cuadros 'La Piedad' o 'Virgen con el Niño' que se exponen por primera vez al público.

También lienzos como 'Huida a Egipto' y 'Muerte de San Alberto de Jerusalén', ahora de plena atribución a Goya, como 'La Virgen con San Joaquín y Santa Ana'. «En estas obras vemos al Goya original, que no se somete al genio de otros y que no hace caso de la estética dominante», destaca Mena. «La luz para Goya es algo científico, como lo fue para Caravaggio. Está en la esencia de su pintura, como en lo está en la de Tiziano, Velázquez o Rubens», precisa la experta.

También denotan las obras que Goya «siempre inventa y reinterpreta», de modo que, contra lo que sugiere el tópico, «Goya no fue un reportero de su tiempo. Inventa incluso en obras que se tenían por puramente testimoniales como 'Los desastres de la guerra'».

Conocer al ser humano

Evidencian el alto nivel de exigencia que Goya tuvo para su obra desde la juventud, según Mena, que con esta muestra se propone dejar claro que «Goya siempre fue fiel a su ideas y trató da abundar en el conocimiento de ser humano, que es el verdadero motor de su obra». La exposición consta de 19 óleos, casi todos de temática religiosa, dos dibujos y tres grabados, un facsímil del cuaderno que escribió en su viaje de formación a Italia y una carta del pintor Manuel Bayeu, cuñado del artista. También el primer autorretrato conocido de Goya, datado entre 1773 y 1775 que el artista realizó en torno a sus 30 años. Proceden de diferentes colecciones y museos como el Prado, el de Zaragoza, la Biblioteca Nacional, la Calcografía Nacional o la Colección Ibercaja.

Entre los óleos 'La triple generación', 'Aníbal vencedor, que por primera vez miró Italia desde los Alpes', y su boceto. La nómina se completa con telas como 'Sacrificio a Vesta', 'Muerte de San Antonio Abad', 'La Gloria o Adoración del nombre de Dios (boceto)', 'La Virgen del Pilar', 'La muerte de San Francisco Javier', 'Huida a Egipto', 'Muerte de San Alberto de Jerusalén', 'Santa Bárbara', 'La Virgen con San Joaquín y Santa Ana', 'La Piedad', 'Virgen con el niño', 'Lot y sus hijas', 'El sacrificio de la hija de Jefté', 'El bautismo de Cristo', 'San Ignacio de Loyola' y el 'Autorretrato'. Los aguafuertes son 'La huida a Egipto', 'San Isidro Labrador' y 'San Francisco de Paula'.

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