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La autora madrileña Pilar Adón.
«Cuando más feliz soy es cuando escribo, es la manera perfecta de escapar»

«Cuando más feliz soy es cuando escribo, es la manera perfecta de escapar»

La autora madrileña aborda nuestros miedos esenciales en su tercer poemario, 'Mente animal', que hoy presenta en Santos Ochoa (19.30)

ESTÍBALIZ ESPINOSA

Martes, 27 de enero 2015, 23:58

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Siempre tiene una historia entre manos, un cuento o una novela, mientras que la poesía va surgiendo a modo de versos sueltos o pequeños poemas que terminan cuadrando para formar un común. Su última cuadratura poética se titula 'Mente animal' y Pilar Adón (Madrid, 1971) visita hoy Logroño para presentarla en el Espacio Santos Ochoa de Doctores Castroviejo.

'Mente animal' es un poemario sobre los miedos esenciales y cotidianos. ¿Sobre sus miedos?

Sí. Tanto en poesía como en prosa, siempre termino hablando de los miedos, que creo que tienen un carácter bastante universal, y los míos se reflejan mucho en estos poemas. Mis primeros poemarios eran más elusivos; la huida era hacia mundos que no conocía, más basados en lo literario y dirigidos a una naturaleza compasiva y blanca. En cambio, en 'Mente animal', y un poco en 'La hija del cazador' (su anterior poemario), la huida fue hacia lugares más personales.

Habla de huida, como si intentara evadir esos miedos.

Sí, hay una huida, pero primero me planteo conocerlos. Como decía Pessoa, 'el arte nos sirve porque nos saca de aquí' y a mí lo que más me salva es la literatura. No soy más feliz que cuando estoy escribiendo, la manera perfecta de escapar.

Escribir sobre los miedos ¿le ayuda a combatirlos?

Pues no. Nunca he entendido la literatura como un acto terapéutico más allá de que cuando más feliz soy es cuando estoy escribiendo, además, lo noto físicamente.

Los miedos de los que habla en 'Mente animal' se refieren al desamparo, la pequeñez, el riesgo de desfallecer y caer en la apatía y la tristeza.

Sí. Hablan de la propia pequeñez. Cuando escribo prosa hablo de otros personajes que no son yo y la manera de presentar esos miedos son más laterales. En poesía, aunque me base en una tradición más inglesa, cercana a lo narrativo, no hay personajes, está hablando el poeta de sí mismo. Esa pequeñez y sensación de incomodidad en los sitios donde se está es evidente en los poemas y lo que lleva al final al deseo de huir, aunque se regrese a la naturaleza que yo conozco.

Precisamente la naturaleza es algo fundamental para usted y en esta obra está poblada por insectos, búhos, lobos... ¿De ahí esa 'Mente animal' con la que titula el libro?

Claro. Lo de animal es porque a mí me fascina la naturaleza salvaje, me atrae e inquieta muchísimo, y el hombre tiende hacia ella como método para encontrarse a sí mismo. Pero no estoy hablando de una naturaleza acogedora como el 'mito del buen salvaje', de Rousseau, sino de una naturaleza muy dura, muy rompedora y cruel. Y me atrae muchísimo porque sobre ella no tenemos ningún control, estamos totalmente desnudos. Incluso se plasma en la forma de mis poemas, con un lenguaje muy desnudo, sin apenas adjetivos. En cuanto a la palabra 'mente' se refiere a la forma de racionalizar todo esto; no dejamos de ser seres humanos que lo pasamos todo por el filtro del raciocinio y de la interpretación mental, e incluso la propia naturaleza, que es lo que más se escapa a nuestro raciocinio.

¿Su fascinación por la naturaleza es lo que, tras estudiar Derecho, le llevó a especializarse en Derecho Medioambiental?

Efectivamente. Al final es curioso cómo van encontrándose los caminos. Esa atracción por la naturaleza ha estado siempre ahí. Se puso de moda hace unos años, pero yo he leído a Emerson, a Thoreau... a los trascendentalistas americanos desde hace muchísimo tiempo. 'Walden' ha sido durante muchos años mi libro de cabecera.

¿Siente pudor escribiendo poesía?

A veces... cuando la leo, pero no cuando la estoy escribiendo. A pesar de que siempre estoy muy encima del verso y la palabra, mientras escribo dejo que todo fluya y no siento pudor. Pero cuando leo en público mis poemas me provoca cierto pudor, una pequeña sonrisa, no por mí sino por quienes me puedan conocer.

Su vida ha estado y está íntimamente ligada a la literatura, incluso trabaja en una editorial. ¿Qué sería de Pilar Adón sin los libros?

No podría. El otro día escuché en una entrevista al presidente de Uruguay, José Mújica, diciendo que estuvo mucho tiempo preso y creo que durante siete años no le dejaron leer nada. Para mí no hay peor tortura mental que ésa. A mí la felicidad me la dan, por supuesto, los seres queridos, pero también la literatura. Cuando tengo que viajar me inquieta romper la rutina y salir, hasta que decido el libro que llevarme. Para mí los libros son esenciales, es como comer. Me da pena que cada vez hay más gente que no entiende esto porque para mí son básicos y esenciales. Sin ellos lo pasaría muy mal, muy mal.

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