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Lee Child, mago de la venganza y jefe del 'thriller'

El escritor británico ha vendido casi cien millones de libros de su serie de Jack Reacher, que llega a las 19 entregas con 'Personal'

MIGUEL LORENCI

Sábado, 1 de noviembre 2014, 01:23

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Lee Child es tan poco convencional como Jack Reacher, atípico protagonista de sus negrísimas novelas, de las que el narrador británico ha vendido casi cien millones de copias. Se llama en realidad Jim Grant (Coventry, 1954) y ofrece al lector español 'Personal' (RBA), última y premiada peripecia de Reacher. Child, que se aseguró con su seudónimo un hueco entre Agatha Christie y Raymond Chandler en las librerías, no se pliega a las convenciones. Fuma marihuana mientras escribe, apuesta por la legalización y abomina del ejercicio físico. Preside la Asociación Americana de Escritores de Misterio y factura «historias entretenida y fáciles de leer». «Si es difícil, el escritor ha fracasado», dice.

Reacher es «un vagabundo con alma de caballero andante», según su creador. No bebe, no fuma, es adicto a la cafeína, habla español y carece de remordimientos. Si debe tirotear a quemarropa o torturar a un terrorista, no parpadea. Child fuma tabaco rubio sin desmayo y cannabis con asiduidad. «Si el alcohol es legal en todo el mundo, la marihuana debería serlo. Causa menos estragos y sería más positiva para la sociedad» sostiene con aplomo de gentleman.

Admite que escribe por venganza. El mismo sentimiento que anida en el alma de Reacher, la gasolina de sus truculentas aventuras y que conforta al lector. Su héroe salió del ejército por la puerta trasera y a Child lo echaron de su trabajo como ejecutivo de televisión en los ochenta. «Me vengué escribiendo y demostré que un despido no es el final, como no lo fue la salida del ejército de Reacher», dice.

Centuplicó sus ventas con la crisis y tras el 11-S, y entiende bien que la novela negra triunfe hoy en todo el mundo. «En todas partes la vida real es insatisfactoria, con problemas sin solución. Si roban tu casa, lo raro es hallar y castigar al ladrón, como lo es condenar a los estafadores, desfalcadores de dinero público». «La novela negra aporta soluciones, satisface el ansia de justicia de la gente, castiga a los malos y venga afrentas, y eso reconforta al lector» enumera Child.

La serie de Reacher le ha convertido en un hombre rico, con Hollywood a sus pies y residencias en Los Ángeles, Nueva York y Londres. «Si tengo éxito como escritor quizá sea porque jamás lo perseguí». «Soy un tipo corriente y me tengo más por un entretenedor, que por un escritor con mayúsculas y comprometido con el arte».

Tras veinte años de carrera, «el dinero no es el motor de mi vida». «Tengo un contrato emocional con los millones de lectores que esperan cada año una nueva historia de Reacher. La tendrán si no me dan la espalda, aunque sé que es mejor dejarlo cuando estás en las cresta de la ola», reflexiona Child, que como tosa, comienzó la 19 entrega de la serie el uno de septiembre.

Tom Cruise encarnó a Reacher -un gigantón de dos metros y cien kilos- en la película basada en 'Un disparo'. El actor de corta estatura «lo hizo muy bien» según Child, y encarnará al ex policía militar en la previsible franquicia. Cree Child que Cruise «clavó los matices» de su lobo errabundo y solitario, sin compromisos ni familia. Un ser extraño y analógico, sin móvil ni tableta, que acepta trabajos ocasionales para sobrevivir.

Quiso crear a alguien «distinto a todos los detectives conocidos» batiendo en la coctelera de su magín «los enigmas de Agatha Christie y el desarrollo de personaje Raymond Chandler». Y surgió «un tipo de la vieja escuela, como los caballeros que impartían justicia vagando por el mundo sin ataduras, sin lastres emocionales ni conexiones; un inadaptado que no encaja en la sociedad y vive a su modo».

'Personal' gira en torno al magnicidio de un líder del G-8 encargado a un francotirador que solo Reacher puede neutralizar. «Muestra la vulnerabilidad de líderes mundiales, la enorme fragilidad de los poderosos y el pánico que atenaza a los servicios de inteligencia», explica Child, que con exquisitos modales, evocando su adolescencia salvaje y vindicativa «de puños y cabezazos».

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