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La Rioja registró 504 interrupciones voluntarias del embarazo el año 2012

Enrique Ramalle afirma que la estadística regional del número de abortos descarta una relación entre el aumento de las tasas y la inmigración

J.A.

Viernes, 24 de octubre 2014, 22:40

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En el año 2012, el último del que hay datos disponibles consolidados, se produjeron en La Rioja 504 abortos, según indicó ayer en Ezcaray Enrique Ramalle, epidemiólogo del Servicio Riojano de Salud, que habló a los participantes en el congreso sobre el tema 'Veinte años de interrupcíon voluntaria del embarazo en La Rioja'.

Dicha cifra se ha mantenido con pocas variaciones en los últimos 12 años, algo a lo que apuntó Ramalle. «Desde 1994, el año en el que empezamos el análisis, en La Rioja hubo una tendencia al incremento en el número de interrupciones del embarazo hasta el año 2002, a partir del cual y hasta el año 2012 no ha habido apenas modificaciones».

A juicio de Ramalle, la importancia de esta tendencia reside en que echa por tierra los argumentos de quienes hacían recaer sobre los inmigrantes el incremento del número de abortos. «Se ha especulado que podría haberse producido un incremento de las interrupciones del embarazo relacionadas con las mujeres inmigrantes, sobre todo sudamericanas, pero esto no es así, porque la mayor inmigración fue a partir de los años 2000-2002 y, sin embargo, desde esos años las tasas de interrupción del embarazo siguen constantes. Es decir, que no ha habido una relación entre la inmigración y el aumento de las tasas de interrupción del embarazo en La Rioja». Estas, según el experto, se sitúan por debajo de la tasa nacional, que, a su vez, mantienen unas tasas medias con respecto a Europa.

La ley que regula la interrupción voluntaria del embarazo da derecho a la mujer a abortar de manera libre hasta las 14 semanas. En Navarra, según recogían en marzo los medios de comunicación de la comunidad foral, la Clínica de Ansoáin, centro concertado con el Gobierno de Navarra, realiza cada año interrupciones voluntarias del embarazo a unas 200 mujeres de La Rioja. Ramalle, en lo que es sólo una apreciación personal, intuye que «La Rioja es una comunidad pequeña y seguramente muchas mujeres prefieren interrumpir su embarazo en un hospital o clínica donde no sean conocidas ni haya que dar ningún tipo de explicaciones».

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