Borrar

El Diccionario de todos

Con más de 90.000 entradas y cerca de 200.000 acepciones, suma casi 9.000 palabras y retira 1.300

MIGUEL LORENCI

Viernes, 17 de octubre 2014, 01:06

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

«Tuiteé con la tableta después de inyectarme bótox, tras la sesión de pilates para reducir las lorzas. Luego vi la precuela de aquella película plagada de frikis, hackers y drones y con bastantes cameos que tanto nos calentó la olla». No incurrirá en error alguno si pronuncia una frase como esta. Todos sus vocablos están entre los más de 93.000 que recoge el nuevo Diccionario de la Real Academia Española, la vigésima tercera edición del DRAE, desde hoy en todas las librerías. Es el diccionario de todos, más rico y preciso, menos machista y sexista, decididamente panhispánico y «más científicamente correcto que políticamente», según el director de la RAE, José Manuel Blecua. Elaborado desde el consenso de las 22 academias hispanas, la RAE celebra con él su tricentenario. Los Reyes lo presentan hoy en un solemne sesión de la docta casa.

Trece años han necesitado los académicos para culminar esta magna obra, bajo dirección del catedrático Pedro Álvarez de Miranda. Las 2.376 páginas del volumen que edita Espasa encierran 93.111 artículos, frente a los 84.431 del anterior, y recogen cerca de 200.000 acepciones. Son más del doble de las 43.000 que recogía en el primer diccionario de la docta casa, editado en 1780. La edición anterior, de 2001, recibió cinco actualizaciones entre 2014 y 2102. Le versión electrónica, accesible de formas gratuita desde 2003, recibe una media de 1,3 millones de consultas diarias, en torno a 500 millones cada año.

El nuevo DRAE ha suprimido 1.350 voces, pero incluye cerca de 9.000 palabras más que la edición precedente. La informática y la electrónica son algunos de los campos que más novedades aportan, con voces como tuit, tuiter, dron, digitalizar, tableta, hipervínculo, hacker, chat, bloguero o pantallazo. Pero también son novedad affaire, alunizar -«entrar en un establecimiento para robar»-, bafle, botellón, bótox, cague -«miedo o inquietud que paralizan»-, cameo, espanglihs, feminicidio, friki, impasse, lorza, multiculturalidad, naturópata, olla, pilates, positividad, precuela, serendipia -«hallazgo valioso que se produce de forma accidental o casual»-, o spa.

Con 140.000 enmiendas que afectan a 49.000 artículos, el diccionario no se somete a la corrección política aunque se revisan las voces con carga machista o racista. Se mantienen vocablos como judiada, pero femenino deja de equivaler a débil y endeble y babosear se libra de la acepción «olisquear a una mujer con exceso». Concertino, submarinista o guardabosques sirven indistintamente para el masculino y el femenino.

Se modifican las voces maricón y sodomita. De la primera de ellas, que lleva la marca de vulgar, se eliminan las acepciones marica y sodomita, y se incluye la de «varón afeminado y homosexual». Sodomita ya no es el que «comete sodomía», sino el que «practica la sodomía». Aparece homófobo asociado a la definición de homofobia: «Aversión obsesiva hacia las personas homosexuales».

«El Diccionario tiene que ser científicamente correcto, y, si es posible, políticamente correcto, pero solo si es posible», suele repetir José Manuel Blecua ante la cuestión de la corrección política del DRAE. Quedan a la espera de confirmar la consolidación de su uso voces como choni, link, clicar, cronopio, vintage, pibón, táper, retroalimentar o identitario.

La armonización con la Nueva Gramática de la Ortografía y el Diccionario de Americanismos, publicados por la RAE entre 2009 y 2011, ha sido uno de los grandes desafíos de esta aventura lexicográfica. La inclusión de 19.000 americanismos, prueba de que se ha tenido muy en cuenta que «el 90% de los hablantes no vive en España», como destaca Blecua. Eso lo convertirá en la edición con mejor aceptación para los cientos de millones de hablantes de las «otras orillas» de un idioma realmente global, de enorme riqueza y variedad, que hace ya mucho que perdió su presunta centralidad ibérica.

Tomo único

Acaso también para los 52 millones de hispanos de Estados Unidos, esos 'hispanounidenses' que trufan su habla de voces inglesas y que alumbraron el espanglish que ahora recoge el primer DRAE consensuado con las 22 corporaciones integradas en las Asociación de Academias de Lengua Española (Asale). El director de esta aventura lexicográfica ha sido el filólogo y catedrático Pedro Álvarez de Miranda, titular desde 2010 del sillón Q de la docta casa y discípulo de grandes lexicógrafos como Rafael Lapesa y Manuel Seco.

El único tomo de este nuevo DRAE tiene unas dimensiones de 17,5x26 centímetros y cuesta 99 euros. Se ha impreso en un fino papel de 28 gramos. Se publicará una edición de dos volúmenes destinada a América y otra especial para coleccionistas. Blecua no descarta la edición de bolsillo, que funcionó de maravilla con la 22 edición. La que podría ser la última edición en papel del diccionario de la RAE se ha impreso y encuadernado en Cataluña, en la empresa CPS-Egesda. A partir de ahora «la primera concepción será digital y tendrá versiones en papel», apunta el secretario de la RAE, Darío Villanueva.

Fundada en 1713 por Juan Manuel Fernández Pacheco, VIII marqués de Villena, la RAE fue reconocida por Felipe V el 3 de octubre de 1714. Su primer gran desafío fue el diccionario de autoridades, publicado en seis volúmenes entre 1726 y 1739, pero su primer 'Diccionario de la lengua castellana reducido a un tomo para su más fácil uso' ya sin las notas de los autores, data de 1780. Tenía 46.000 artículos.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios