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Día internacional de las personas sordas
SALUD / EL ESPECIALISTA

Día internacional de las personas sordas

La Federación Mundial de Personas Sordas celebra mañana, día 1, su jornada. En España hay más de un millón de afectados con algún tipo de discapacidad auditiva

IÑAKI ERDOZAIN

Martes, 30 de septiembre 2014, 00:51

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Un año mas y como cada año se celebra el 1 de octubre el día internacional de las personas sordas. Esta celebración se ideó por la Federación Mundial de Personas Sordas hace más de 50 años y desde entonces se organiza por las asociaciones de personas sordas de todo el mundo. En esta fecha recordamos que más de 45 millones de personas en el mundo padecen algún tipo de sordera. En España hay más de un millón de personas con discapacidad auditiva, 5 de cada mil recién nacidos presentan una sordera de distinto tipo y grado y el 8% de la población general (casi tres millones) son personas que no pueden seguir una conversación en un tono de voz normal.

Se trata de un día de carácter reivindicativo y de concienciación ciudadana, donde las comunidades sordas de las distintas regiones y países expresan su realidad ante el mundo, sus demandas en cuestión de derechos y en el cual se pone de relieve la riqueza de la comunidad sorda.

En esta diversidad de personas con discapacidad auditiva, nos encontramos con distintos factores que condicionan el tipo de sordera, según el momento de aparición de la misma, según la zona anatómica de la lesión auditiva, según las causas que la han provocado, el grado e intensidad de la pérdida auditiva, así como con las formas de comunicación utilizadas (lenguaje de signos, audioprótesis, implantes auditivos) o las diversas características individuales (según edad, cultura, etc.)y el contexto familiar, educativo y social de cada persona. Todas y cada una de ellas con sus necesidades y demandas concretas.

Aun tratándose de un colectivo heterogéneo, todas las personas sordas, cualquiera que sea su tipo o grado de sordera, situación individual e independientemente de que sean o no usuarias de las lenguas de signos, comparten la necesidad de acceder a la comunicación y a la información sin barreras de ningún tipo.

En España, las personas sordas se comunican de diferentes formas. Para algunas, la lengua de signos es su primera lengua para comunicarse, mientras que para otras lo es la lengua oral; las hay que utilizan ambas lenguas (signos y orales) y usan las dos según en qué contextos y situaciones, mientras que para otras una de ellas es la que predomina o la única que utilizan; hay quienes son usuarias de audífonos o implantes cocleares y entre ellas, hay quienes usan la lengua de signos y quienes no; además, dentro de ese grupo, encontraremos personas que las ayudas técnicas a la audición son suficientes para comunicarse, mientras que para otras, aun siendo necesarias, son insuficientes y necesitan apoyarse en el lenguaje de signos

La audición es la vía principal a través de la cual se desarrolla el lenguaje y el habla. Debemos tener presente que cualquier trastorno en la percepción auditiva del niño, a edades tempranas, va a afectar a su desarrollo lingüístico y comunicativo, a sus procesos cognitivos y, consecuentemente, a su posterior integración escolar, social y laboral.

Consecuencias

Dependiendo del momento de aparición de la pérdida auditiva, del tipo y el grado de la misma, las consecuencias que tiene la sordera sobre el desarrollo comunicativo y lingüístico de la persona variarán y condicionarán la orientación y el tratamiento audioprotésico y rehabilitador. Será necesario aplicar en cada caso según la discapacidad auditiva, las mejores opciones de tratamiento para que pueda desarrollar con mayor facilidad y de manera más natural todas sus capacidades y habilidades cognitivas, comunicativas y lingüísticas, y acceder a mejores opciones vocacionales y laborales.

Es cierto que la sordera conlleva una dificultad para acceder a la información auditiva, sin embargo gracias a los avances desarrollados en nuestra sociedad en los últimos años, no existen impedimentos para la adquisición de la lengua oral en el entorno familiar y social ni para que ésta sea la lengua vehicular de la enseñanza.

Esto ha sido posible gracias al Programa de Detección Precoz de la sordera infantil (aprobado en el 2003 para todo el estado), a los avances audiológicos y protésicos: audífonos e implantes, a la atención temprana y logopédica especializada, y el apoyo a las familias. Todo ello ha dado lugar a una nueva generación de niños y jóvenes con discapacidad auditiva, que se comunica en lengua oral y utiliza prótesis auditivas, que hace diez o quince años no podíamos ni imaginar. Hoy son una realidad que nos obliga a replantear, en este contexto de progreso, la respuesta que desde todos los ámbitos, prioritariamente el educativo, debe darse a nuevas necesidades en estos niños y en sus familias, para su normal y completa integración social y laboral.

Un grupo especial del grupo de personas con pérdida auditiva es el de las personas mayores. La disminución auditiva produce un deterioro de la calidad de vida, con una tendencia al aislamiento social y familiar. La disminución auditiva puede condicionar el deterioro cognitivo. Los estímulos auditivos constituyen una parte esencial en la activación de las neuronas cerebrales de compensación, cuyas funciones se activan en la vejez precisamente para paliar la pérdida de otras neuronas. Es muy importante por parte de los familiares y médicos de cabecera detectar este deterioro para aconsejar y apoyar la necesidad de buscar ayudas auditivas que mejoren la calidad de vida de estas personas. Cuanto más se retrase y deteriore la audición en el tiempo, mas difícil será lograr un buena adaptación auditiva.

En el ámbito laboral también se detectan pérdidas auditivas progresivas debido al traumatismo crónico sonoro. Estar sometidos a ruidos de alta intensidad por encima de 85 decibelios durante muchas horas, sin los adecuados protectores auditivos, lesiona la audición de forma irreversible. La función de asesoramiento y control de los servicios de prevención de salud laboral en este campo son fundamentales pare evitar este tipo de pérdidas auditivas. En los últimos años, con las nuevas tecnologías y el desarrollo de nuevos dispositivos sonoros se ha generalizado el uso de los cascos auriculares para oír música, detectándose casos de pérdida auditiva en personas jóvenes por la exposición a un excesivo volumen sonoro de forma repetida y mantenida.

Las infecciones de repetición del oído tanto en niños como en adultos, sin un buen cuidado y control clínico también puede en algunos casos provocar pérdidas auditivas irreversibles. Las otitis catarrales de la infancia pueden causar un retraso en la adquisición del lenguaje y repercutir en la evolución académica. Detectar a tiempo estas pérdidas auditivas por parte de los padres, familiares, profesores y tratarlas de forma adecuada por parte de los pediatras y otorrinos evitará pérdidas auditivas irreversibles. Un buen seguimiento con revisiones y controles en estas personas evitará un mayor deterioro auditivo.

Gracias a los avances médicos tanto clínicos como quirúrgicos, a los programas de detección precoz de la hipoacusia en recién nacidos, a los controles y seguimiento en medicina preventiva de salud laboral, a los avances en la cirugía del oído, en audífonos y en implantes auditivos y en las personas cualificadas que trabajan para formación e integración de las personas sordas como son los profesores de signos, audiologos, logopedas, médicos de cabecera, otorrinos y sociedades y federaciones de personas sordas, se ha conseguido que nuestro país sea un modelo de referencia en cuanto a la atención integral en personas con discapacidad auditiva.

Sirva pues este día para tender un puente entre las personas con discapacidad auditiva y los normooyentes, para concienciarnos, para ayudar a la prevención, para mejorar la convivencia, la compresión y la tolerancia. Que sirva también a las personas normooyentes para sensibilizarse de la importancia de la audición y del cuidado de la misma.

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