San Vicente exhibe su 'disciplina'

A los pies del Toloño, Sierra Cantabria otorga un entorno privilegiado para el cultivo del vino, así que San Vicente cuenta con muchas bodegas de la Denominación de Origen Calificada Rioja, algunas de las más prestigiosas. No obstante, Jesús, vecino de la villa, destaca como «principal atractivo» del pueblo «nuestros queridos 'picaos'», así como «el mejor vino, según los entendidos, del mundo», pero también subraya que «el último día de las fiestas de septiembre [dedicadas a la Virgen de los Remedios] vamos todos, quieras o no, a la fuente de la plaza», que sirve de pilón. Jesús también destaca «los monumentos de San Vicente, como la Basílica de Nuestra Señora de los Remedios y las ermitas de San Roque y la de San Juan de la Cerca, sede de los 'picaos'». Y también ensalza a «la gente tan hermosa y acogedora que somos los llamados 'macanes'».

Pero lo cierto es que si por algo es conocido y reconocido es por los llamados 'picaos' o disciplinantes. Este ancestral rito religioso lo organiza la Cofradía de la Santa Veracruz de San Vicente y es tan impactante como espectacular. Hombres anónimos, ocultando su identidad con hábitos y capuchas, desnudan sus espaldas ante la imagen de la Dolorosa y se golpean con una madeja de cuerdas de algodón. Normalmente la razón es la convicción religiosa, el deseo de cumplir una promesa, agradecer un favor que, entienden, ha contado con intervención divina, o el cumplimiento de una penitencia personal.

Cada procesión cuenta con muchos turistas y curiosos, sobre todo en las de Semana Santa, llenando las calles del municipio. Aunque hay dos procesiones más, la Cruz de mayo y la Cruz de septiembre, menos multitudinarias, donde apenas acuden los vecinos del pueblo y alrededores. Son estas procesiones más silenciosas e íntimas, quizá más atractivas para el verdadero devoto, y en las que el espectador podrá comprobar mejor, más de cerca, cómo se fustigan los disciplinantes, hasta herirse la piel y sangrar por convicción religiosa. El pasado año 2016 el Estado declaró Bien de Interés Cultural de Carácter Inmaterial las procesiones de los Disciplinantes de San Vicente de la Sonsierra.