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Tradición y diversión en una oferta pensada para todos los públicos

Tradición y diversión en una oferta pensada para todos los públicos

Las fiestas combinan las tradiciones singulares que les valieron en 1988la declaración ‘de Interés Turístico Nacional’ con muchas citas para la diversión de todos

Javier Albo

Martes, 9 de mayo 2017, 10:29

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Las fiestas de Santo Domingo de la Calzada son, ciertamente, muy singulares. Esa misma originalidad fue la que les valió la declaración de Interés Turístico Nacional en el año 1988, un distintivo por cuyo mantenimiento y cuidado vela cada año la Cofradía del Santo. Juntas, pero no revueltas, otras muchas citas hacen de estos días una referencia de la diversión y de la alegría, con la aspiración de serlo para todos los públicos y edades.

Esa originalidad de las fiestas calceatenses trasciende su propio marco temporal, que no se limita exclusivamente al periodo comprendido entre el 10 y el 15 de mayo si no que alarga sus tentáculos de tradición para empezar antes y proseguir después, en este último caso a través de las romerías.

Bien saben por estos lares que el verdadero inicio de las fiestas no lo marca el sonido del cohete si no el de la gaita y el tamboril, que cada 25 de abril salen indisolublemente unidos para acompasar el pintado de las jóvenes que participarán en la procesión del Pan del Santo y del Peregrino, más conocida como 'de las doncellas'.

Veintiséis participarán este año en el acto que más refleja la dedicación caritativa del Santo, en unas fiestas que no son si no una hagiografía o representación en las calles de su vida y obra. Tal es la sucesión de actos y su profundo simbolismo que el 'forastero' -que nunca lo es por estos lares, precisará de guía o de las explicaciones de un calceatense para entender y profundizar en el conocimiento de las procesiones y otros actos que tienen lugar estos días.

¿Por qué se pinta a las doncellas con una pluma blanca tintada de añil?; por qué cada 1 de mayo se reparten molletes por todos los domicilios?; ¿qué evoca el hombre que, al amanecer y al atardecer, recorre el casco antiguo haciendo redoblar un tambor?; ¿cuál es el motivo por el que un carro de bueyes transporta ramas de encina y las coloca alrededor del sepulcro del Santo?; ¿por qué van de negro las mujeres de la procesión de las prioras?; ¿qué significan los distintos símbolos que integran la procesión de las doncellas?; ¿por qué se procesiona una rueda de carro?; ¿por qué se reparte cebolleta entre la población o, cuáles son los orígenes del almuerzo del Santo?...

Estas y otras muchas preguntas encierran largas respuestas, en las que pueden encontrarse los orígenes de la propia ciudad, que nació de la mano de Domingo García y lo tiene indisolublemente presente.

Las fiestas le honran y, como queda dicho, rememoran su vida y obra, llena de hitos positivos que deben de rodearse de la correspondiente alegría. Por ello, en la celebración no faltarán actividades para intentar satisfacer las ganas de diversión de todos, niños y adultos, a los que se brinda un programa en el que no faltará la música, degustaciones, parques infantiles, partidos de pelota, festejos taurinos, fuegos artificiales, marionetas, paellas y otros actos. Es tiempo para disfrutar; un paréntesis a la rutina que se llenará de una frase mil veces repetida: ¡Viva el Santo!.

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