Murillo siempre tiene una fiesta

De hecho, no hay mes al cabo del año que no contemple al menos una celebración. Alguna de ellas, basadas en tradiciones antiquísimas. En Murillo, por ejemplo, las rondas de los quintos se desarrollan la víspera del día de Reyes y en la noche previa a Todos los Santos. Por San Blas (3 de febrero), el cura reparte unos cordones que los murillenses se cuelgan del cuello durante 9 días para esquivar los problemas de garganta en el año. El primer domingo de ese mes sale la 'Procesión de los Piojosos', cuyas andas llevan 12 campanillos de plata que resuenan. La organiza la Cofradía de las Candelas, del siglo XVI, una de las más antiguas del municipio.

Singularmente destaca que esta localidad, de unos 1.700 habitantes, cuente con hasta 9 cofradías. Se trata de una singularidad, ya que los municipios del área metropolitana (bastantes con más población que Murillo) sólo tienen una entidad.

Y es que en Murillo la Semana Santa cobra una formidable importancia, pero promueven muchas más procesiones. Al margen de en la Pasión, las hay también con motivo de la festividad de San José Obrero (el 19 de marzo, cuando la cofradía de este santo sale en comitiva y se comen buñuelos), en San Isidro (15 de mayo, los niños vestidos de labradores llevan como ofrenda unos cestillos con productos del campo), en Pentecostés y Corpus Christi (protagonizadas por los menores de la Comunión), en San Antonio (13 de junio), San Roque (16 de agosto, fecha en que se canta la jocosa Charramandina), en la Inmaculada (8 de diciembre) y en San Esteban (26 de diciembre, cuando en la cooperativa se prueba el vino de la nueva cosecha). Las fiestas patronales son, sin embargo, las de San Esteban (en torno al 3 de agosto) y las de la Virgen del Cortijo (sobre el 8 de septiembre). En estas últimas, de carácter más local, ha cobrado mucha popularidad el campeonato internacional de lanzamiento de bombonas de butano.

Y por si fuera poco parten en romería a las 7 horas por San Gregorio (9 de mayo) y todos los domingos de octubre a las 7.30 horas recorren el pueblo rezando el rosario con motivo del Rosario de la Aurora. Para mantener ese brío festivo, combinan la fiesta con la degustación de dulces típicos, como los divertidos 'erizos' que comen en las bodegas por San Pedro.