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Xiao cultiva verduras orientales en el huerto que ha formado en un terreno alquilado en la calle Castilla de Haro. :: D.M.A.
Un huerto zen en medio de Haro

Un huerto zen en medio de Haro

Una comerciante china cultiva verduras orientales en un terreno alquilado en la ciudad

DIEGO MARÍN ABEYTUA

Sábado, 19 de agosto 2017, 14:55

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Xiao asegura que cultiva verduras chinas como 'pu guan' porque aquí no puede adquirirlas en una tienda. No tendría nada de extraño si no fuera porque lo hace en medio de Haro, en un terreno que ha estado muchos años abandonado (frente a la antigua sede de la Agencia Tributaria), sin ni siquiera acondicionar un pequeño jardín, en la unión de la calle Castillo con su travesía, frente a la estación de autobuses de Haro. Ella misma regenta el bazar chino aledaño, cuyo local alquila. El contrato de arrendamiento de la propiedad incluye ese terreno y ella ha aprovechado para plantar allí algunas verduras de consumo propio.

«Son verduras de mi país, China, que no podemos comprar en el supermercado porque no las hay. Es verdura que perece antes que las de aquí», explica Xiao. A simple vista sus verduras se asemejan a lechugas, coles, acelgas y espinacas, pero no. Tampoco Xiao puede establecer una semejanza entre sus verduras chinas y las típicas del huerto español. Ella cultiva, por ejemplo, 'pak choi', que se emplea en la cocina china para elaborar sopas, ensaladas, rollitos de primavera, empanadillas y estofados, entre otras cosas.

«Necesita mucho cuidado, mucho abono y mucha agua. Lo riego por la mañana y por la noche, si no llueve», detalla Xiao, que cuida con mimo de su huerto. Para no mancharse las delicadas manos se las cubre con guantes de látex. Y confiesa que ha suscitado la curiosidad de muchos vecinos: «Mucha gente pasa, mira y me pregunta». La pregunta estrella es qué cultiva. Algunos hombres, muchos agricultores antaño o aficionados en los venajos de Haro, tienen curiosidad por saber qué es lo que planta Xiao en un huertito, porque no es lo que ellos plantan en los suyos: ni tomates ni cebollas ni patatas ni zanahorias.

«La gente no sabe qué tipo de verdura es y no sabe ni cómo cocinarla ni comerla», explica Xiao

La recolecta es rápida, puede obtener fruto en dos meses. «La verdura que tengo más grande ahora la planté hace un mes. Cuando pasen dos fines de semana ya podré cogerla para comer», cuenta Xiao. Otras de sus verduras duran plantadas seis o siete meses y va recogiendo su fruto cuando este crece. Así lleva dos años cuidando de su huerto.

También es curioso que, mientras que muchos agricultores se quejan de los amigos de lo ajeno que arrasan con el fruto de su trabajo, aún en los arrabales de las localidades, Xiao no puede quejarse de ningún robo en pleno casco urbano: «Nada», afirma; y añade: «La gente tampoco sabe qué tipo de verdura es y no sabe ni cómo cocinarla ni comerla», se ríe. Mirar, dice, miran mucho, pero nadie le ha quitado nada.

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