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TEXTO Y FOTOS: MARÍA FÉLEZ
Sábado, 2 de septiembre 2017
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El día 31 de agosto en Calahorra no pide mucho más. Acudir a la procesión por la mañana y visitar un segundo la catedral si uno no quiere asistir a misa, tomarse un buen vermú, comer con la familia o los amigos y después de los toros tomarse unos vinos a la espera de que llegue el momento de entonar el Pobre de mí.
Así lo hacen la mayoría de las peñas y así lo hizo ayer la peña El Sol, nuestra última protagonista de los fotoenfoques que se han ido realizando a lo largo de estas fiestas en honor a San Emeterio y San Celedonio.
Y aunque hay muchos lugares donde hacerlo, ellos decidieron tomarse el último vermú de las fiestas en el paseo del Mercadal y animar con la música de su charanga a las decenas de personas que pasaban la mañana soleada en las mesas de los bares que pueblan el paseo. Un vermú acompañado de una ración de calamares, aunque también se veía alguna croqueta entre los más pequeños, que ya mostraban sus caras de cansancio.
La charanga entonó las canciones más tradicionales; los pasodobles son los más solicitados a esas horas de la mañana y alguno incluso se atrevió a coger a su pareja y marcase unos pasos.
Mientras, otros descansaban del recorrido de la procesión. Algunas habían cambiado en la última jornada el blusón verde por el traje regional y habían acompañado a los santos en un recorrido en el que lució el sol y lució la peña El Sol.
En unas horas el Pobre de mí enmudecería la ciudad que ya está pensando en que llegue el 3 de marzo.
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