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P. G. M.
Domingo, 28 de agosto 2016, 11:21
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«Ha sido malísima la corrida, la verdad es que no nos ha dado la más mínima opción de hacer nada importante. Una pena porque hacía muchos años que no venía a Calahorra y me voy bastante frustrado», confesaba Diego Urdiales tras pasaportar al segundo de su lote. Así vio a su primero: «Tenía nobleza pero no se tenía en pie, estaba muy gordo y le costaba un mundo moverse, y eso que no se le ha tocado en el caballo». Sobre el segundo, el diestro de Arnedo se quejaba más de su condición que de su fuerza: «En el capote ya se ha defendido y luego en la muleta ha hecho lo mismo. La verdad es que tampoco tenía la más mínima energía. Lo he intentado todo pero era imposible», confesó.
La corrida comenzó con un minuto de silencio en memoria de Víctor Barrio y después se homenajeó al banderillero de Calahorra Víctor García 'El Víctor', que cumplía ayer mismo 20 años de su alternativa. Fue reconocido desde el centro del ruedo por el alcalde de la ciudad y su hija leyó un emotivo texto. Fue, de lejos, lo mejor de una tarde para el olvido.
Después Diego Urdiales le brindó a 'El Víctor' el toro: «Hemos compartido desde niños el sueño de ser toreros. Él, en un momento dado, tomó la decisión de hacerse banderillero y desde hace mucho tiempo estamos juntos. Le considero un gran amigo y un excelente profesional».
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