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Las excavaciones del yacimiento se hicieron en el año 2000 a través del proyecto Calagurris Iulia. :: m.f.
La muralla de las lamentaciones

La muralla de las lamentaciones

El yacimiento calagurritano del Sequeral se encuentra en un estado de deterioro evidente

M. FÉLEZ

Viernes, 17 de julio 2015, 09:46

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Es uno de los pocos vestigios arquitectónicos romanos que se encuentran en pie de la antigua Calagurris pero su estado no pasa por su mejor momento. Ya lo advertía la asociación Amigos de la Historia tras la primera reunión que mantuvo con la nueva edil de Cultura, Mónica Arcéiz, hace unos días. El yacimiento del Sequeral -lo que todo el mundo conoce como las murallas bajas- está lleno de cascotes, hierbajos y basura. Una situación que pone en peligro su conservación y devalúa su importancia histórica. Además, la solución parece no pasar por otra actuación que no sea «la limpieza del yacimiento supervisada y dirigida por un técnico en patrimonio arqueológico», como comentaban desde la asociación en una de sus peticiones prioritarias en lo referente a patrimonio cultural.

Ubicado en el número 13 de la calle Murallas es uno de los pocos yacimientos visitables con los que cuenta la ciudad. Fue en el año 2000, como explica la arqueóloga y profesora asociada de la Universidad Complutense de Madrid, Pilar Iguacel, en un estudio sobre la muralla, cuando se llevaron a cabo las excavaciones a cargo del programa Calagurris Iulia. Entonces se observó la existencia de una puerta conformada por un arco de medio punto que según la historiografía se trataba de una de las puertas de acceso directo a la acrópolis romana, igual que puede ser la del planillo de San Andrés.

Las excavaciones realizadas hace quince años por la Universidad de La Rioja permitieron datar esta construcción, realizada con avanzadas técnicas constructivas para la época, en la primera mitad del S.I d.C. en momentos muy próximos a la adquisición de manos de Augusto del privilegio municipal.

Los restos conservados en la actualidad constituyen la base de un potente torreón que cerraba por el sureste la Calagurris Iulia. Pero ahora poco se ve de todo eso. De hecho hace ya unos años se tuvo el conocimiento del desplome de una parte de lienzo de muralla sobre lo que quedaba de la puerta.

Los accesos superiores al yacimiento se encuentran en buen estado tras unas obras que se llevaron a cabo y que permitieron realizar también una pasarela para contemplar los restos romanos pero los accesos inferiores desde los que se llega a través de la calle Muralla a la calle Arrabal, muy cerca de la catedral, tampoco se encuentran en un estado óptimo. Muchas casas de esa calle amenazan ruina y, además, las paredes de las mismas desprenden cascotes muy a menudo.

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