El rastro del casco antiguo se despidió de su público con golmajería árabe

En el barrio más antiguo de la capital riojabajeña se ha asentando en los últimos años una importante comunidad de familias de origen marroquí para quienes las calles de la antigua Calagurris han sido los cimientos en los que han podido asentar una vida más esperanzadora.

Ayer domingo, algunas de las mujeres de estas familias quisieron aportar su granito de arena al mercadillo de la asociación ofreciendo a los calagurritanos una contundente degustación de pastas, acompañada de litros y litros de té. Fueron más de 400 dulces los que elaboraron para el público del rastro, que quedó encantado con las formas y sabores de sus pastas.

De esta manera tan integradora, la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo de Calahorra quiso despedir una de sus actividades más exitosas y que en poco tiempo se ha consolidado entre la oferta lúdica y cultural de la localidad. Desde el pasado mes de marzo, fecha en la que comenzó esta última edición del mercadillo, han sido miles los vecinos que un domingo al mes se han acercado al Rasillo de San Francisco.

Las pastas de la comunidad árabe fueron un gran aliciente en el rastro de ayer, que una vez más contó con la animación de la asociación de gaiteros y tamborileros AGAYTA. Su música ha estado presente en cada jornada del mercado, haciendo alarde del folklore de la tierra. Con toda seguridad, este pequeño grupo de músicos pondrá la banda sonora de la edición del próximo 2015, que comenzará en el mes de marzo.

Más de cincuenta puestos acudieron a la convocatoria. Muchos de ellos daban muestra de las destrezas de aquellos calagurritanos que se dedican o tienen afición por las manualidades y las artesanías. En algún expositor hasta los artesanos se dejaban ver tejiendo punto o haciendo ganchillo.

Curiosidades

Las curiosidades, como siempre, andaban presentes en los puestos de venta de objetos de segunda mano. Una antigua máquina de coser de la conocida marca 'Singer', discos de vinilo, planchas de hierro, viejas máquinas de escribir... La verdad es que, aunque sólo fuera por ver estos objetos desaparecidos entre la utilería actual, merecía la pena darse una vuelta por el rastro.

Y, por cierto, aunque todavía quedan unos meses para Navidad, en algunos puestos se podían encontrar artículos navideños como un árbol, adornos y hasta un muñeco de Papá Noel.