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Jueves, 21 de septiembre 2017, 14:43
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Una de las páginas gloriosas de Cenicero ocurrió hace 183 años, cuando durante la I Guerra Carlista, las milicias liberales que combatían el carlismo, conocidas como 'Urbanos', defendieron la torre de la iglesia de la localidad frente a las tropas de Zumalacárregui y no sólo salvaron la ciudad de los absolutistas, sino que consiguieron que se fueran buscando otros objetivos.
En memoria de estos héroes, cada año se les rinde homenaje ante la Estatua de la Libertad que hay en la ciudad, una réplica en miniatura de la existente en Nueva York, obra del escultor Niceto Cárcamo y en la que están grabados los 71 nombres de los defensores de la torre. La estatua permaneció 'encarcelada' durante la dictadura franquista
Tras dar varias vueltas alrededor de la estatua, los cenicerenses, también como celebración del fin de la vendimia, degustan con deleite el tradicional 'arrope' (mosto cocido) que hace la Asociación Amigos de Cenicero.
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