Secciones
Servicios
Destacamos
Jueves, 5 de octubre 2017, 00:36
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
La llegada en 1566 a Arnedo de las reliquias donadas por el conde de Nieva avivaron la devoción existente en la zona desde principios del siglo XIII por San Cosme y San Damián. Desde ahí, los estudios apuntan que la procesión del Robo de los Santos puede remontarse a hace siglo y medio. En ese tiempo, casi siempre ha transcurrido del mismo modo. Pero la de ayer, por no poder usar la iglesia parroquial y por la ausencia de la pregonera navarra, trajo cambios significativos. Por unos y por otros, quizá para despistar. «Eso es la fiesta. Si tú cambias algo, yo cambio más -reía el pregonero de Andosilla, Carlos Fuertes-. Hay que evitar acomodarse a lo que sucede todos los años y ha sido fantástico sentir que, en el tercer robo, nos los íbamos a llevar. Aquí puede pasar cualquier cosa...».
En la emocionante llegada a encontrarse con los arnedanos desde el Rosario, los navarros, sobre todo de Andosilla, hicieron todo lo necesario para estar ayer, en un día laborable, en Arnedo: cogerse días de trabajo, cambios en los turnos, adelantar vendimia... Incluso estando en Granada, Montse Altozano quiso estar presente en esta tradición un año más. «Son cosas que enganchan. Hemos cambiado una pelea por un hermanamiento, por lazos de amistad. Eso es lo más grandioso que tiene la fiesta y lo que va a permitir que continúe. Surge porque sale del corazón y de la buena voluntad», describía Fuertes.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.