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ERNESTO PASCUAL
Domingo, 4 de octubre 2015, 12:55
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A lo largo de todo un año, sólo una semana es para vivirla arropado por las fiestas. Por ello, cada día es precioso. Así, aunque el calendario marcara el 2 de octubre, aunque sabían que hoy tienen una prórroga aprovechando el fin de semana, los arnedanos se imbuyeron de nuevo ayer del ánimo óptimo para disfrutar de un día más de sus fiestas.
Aun con el sol también queriendo hacerse presente entre las nubes, la temperaturas refrescaron ligeramente. Acostumbrados a fiestas meteorológicamente más adversas, los arnedanos no se reprimieron, echaron mano de las chaquetas de las peñas y se lanzaron a las calles. Y fueron, un día más, las peñas las que marcaron el ritmo y la agenda de la jornada festiva.
Tras las dianas y pasacalles, el día asistía a la quinta suelta de reses bravas, con los animales de Teodoro Vergara, que dieron un gran juego a los recortadores y, como ha sido la tónica estas fiestas, no dejaron ningún incidente. Fue el mismo balance en la posterior suelta en el Arnedo Arena.
Con la mañana avanzando, las peñas La Chispa y Lubumbas invitaron a una ronda de bares y pasacalles con sus charangas, compartiendo la hora de vermú previa a las comidas que celebraron en sus sedes. En minutos, la Tao agotaba las gordillas, mientras los pequeños disfrutaban de hinchables. Y en la plaza Nuestra Señora de Vico, La Quincalla ofrecía la popular degustación de migas.
Era el ambiente perfecto para una tarde que vivió el II Día de las Peñas en el Arnedo Arena. Tras la tarde de diversión, el pasacalles enfilaba hacia donde todo empezó, a la plaza de Vico, entonando el 'Pobre de mí'.
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