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Martes, 24 de febrero 2015, 12:50
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"La ciudad del calzado somete a las personas a una esclavitud que les priva de toda vida personal o familiar al trabajar once horas diarias de lunes a viernes (¿y sábado?). Y con sueldos de miseria". Así, por las claras. Tomás Ramírez, párroco de Arnedo durante más de 15 años y anteriormente de Santo Domingo (18 años) y Albelda (otros 12), ha criticado en su última hoja parroquial la situación de los trabajadores en algunas empresas de la localidad riojabajeña.
Esta última hoja parroquial no es la primera polémica despertada por Tomás Ramírez. En septiembre de 2013 ya publicó una contundente carta titulada 'Cada uno en su sitio, señor presidente' dirigida a Pedro Sanz en la que le advertía de que ya no era "bienvenido" en su parroquia. El sacerdote hacía alusión en su escrito a las fiestas de San Cosme y San Damián en las que Sanz le negó el saludo después de que un compañero intentase interceder entre ambos. "Cuando el presidente inauguró la reforma de la residencia de ancianos hace unos diez años recordaba entonces, me negó la mano; cuando le pedí explicaciones lo único que me dijo es que yo no llevaba sotana como los curas buenos y que me metía en política".
El párroco manifestaba en su carta que, mientras dirigiera "la comunidad cristiana de Arnedo", "no sería no será bien recibido en nuestra parroquia si usted me niega el saludo". "No tiene ni pies ni cabeza que un invitado por la familia cristiana entre en la casa de quien es responsable de esa familia y se siente en el salón sin saludarlo; por cierto, después de que él y su séquito hayan desplazado a los rincones al resto de los miembros de la familia".
Ramírez no ocultaba su malestar con la clase política en general a la que también dedicaba parte de su escrito "Vamos a poner fin a esta comedia. Por favor, políticos todos y de todos los partidos, quédense en sus casas, o mejor, en sus trabajos; no vayan, por favor, más a las misas de los pueblos, que no es el lugar de los mítines". "Y, si vienen concluía la recomendación, vengan humildemente(...) escuchen la palabra de Dios y no ocupen los primeros puestos. Amén".
En el texto titulado 'Pongamos que hablo de Arnedo...', inspirado el la célebre canción de Joaquín Sabina 'Pongamos que hablo de Madrid', Ramírez recoge partes de una entrevista a la religiosa Lucía Caram -muy conocida por sus intervenciones televisivas-.
Sor Lucía habla de que "el mercado laboral es un campo de concentración con esclavos asalariados" y que existen "personas sin empleo y otras que, a pesar de trabajar de sol a sol, no llegan a fin de mes".
Y por ahí van las críticas del párroco hacia lo que sucede en el sector del calzado en Arnedo que, en declaraciones a Diario LA RIOJA, ha explicado que no quería "generalizar" y que "cada uno sabe" de lo que habla el escrito.
Además, ha revelado que lo que pretendía era que "aquellos que les atañen miren cómo buscar soluciones". "Quiero que mi pueblo reflexione", ha asegurado y ha extendido esta reflexión a trabajadores y empresarios. "Hay gente que lo hace muy bien, pero otros no y tienen que recapacitar".
Petición de voluntarios
Pero Tomás Ramírez no se queda en la frase contundente y extiende su análisis con propuestas para aquellos que quieran "complicarse la existencia si quieren alcanzar un cuota aceptable de satisfacción personal" y, por eso, una "forma privilegiada de hacerlo" es ofrecerse "para realizar labores a nuestro alcance a favor de los demás". Una de estas ONG's "fiables" es Cáritas y su vertiente Parroquial.
También apuesta por "un voluntariado generoso y preparado" para que aquellos que han sido guarnecedores ejerzan de maestros de aquellos que buscan trabajo en la localidad.
Extiende esta petición a los hortelanos que se animen a iniciar a otros en este trabajo para "llevar a cabo lo que hace tanto tiempo sueñan algunos: ver pequeñas huertas del fértil valle del Cidacos que se van abandonando convertidas en vergeles por el trabajo de personas que pueden no sólo sacar un rendimiento en provecho propio, sino, sobre todo, encontrar una diversión que proporcione ocupación, alegría y satisfacción personal al descubrir el agradecimiento de la naturaleza a quien la cultiva", concluye.
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