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Eguizábal, a la izquierda, guía a las autoridades en una pasada visita al poblado celtíbero de San Miguel, con su impresionante muralla.
El arqueólogo Eguizábal plantea que la antigua Calahorra se pobló con habitantes de la zona de Arnedo
ARNEDO

El arqueólogo Eguizábal plantea que la antigua Calahorra se pobló con habitantes de la zona de Arnedo

El director del yacimiento del Cerro de San Miguel plantea que los romanos trasladaron a los celtíberos para poblar la actual Calahorra

E. PASCUAL

Jueves, 11 de septiembre 2014, 01:27

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Si el poblado celtíbero de San Miguel vivió un final violento, pasado por fuego a finales del siglo III antes de Cristo, ¿qué pasó después con su nutrida población? ¿Adónde fue? Si los primeros vestigios del Kalakorikos celtíbero se remontan al siglo II a.C., ¿cuál es su historia anterior a los romanos? Ante estas preguntas, el arqueólogo y director del yacimiento celtíbero del Cerro de San Miguel, el arnedano David Eguizábal, reflexiona y plantea una hipótesis: aquel Kalakorikos indígena estaba en el cerro de San Miguel de Arnedo, desde donde los romanos trasladaron su población a la después Calagurris para romanizarla.

Fue la revolucionaria propuesta que lanzó este martes en la apertura de los XXII cursos de verano de la Universidad de La Rioja, dedicados a 'Arnedo en su historia, vida y costumbres'. En la conferencia inaugural recorrió desde la prehistoria arnedana hasta la Edad Antigua, pasando por las evidencias más antiguas, de la Edad de Bronce en 1800 a.C., las dos Edades del Hierro con la cultura celtibérica como protagonista y, tras la romanización, la implantación del estado visigodo del siglo IV al VIII, cuando llegaron los musulmanes.

Los autores coinciden en que el poblado celtíbero del Cerro de San Miguel jugó una importancia de primer orden político y militar entre el VI y finales del III a.C. Pero desapareció en un ataque justo en su momento de máximo apogeo, sin que esa zona volviera a ser habitada.

O bien todos sus pobladores fueron asesinados, o huyeron o cayeron cautivos de los romanos que, según plantea Eguizábal, acudieron con ellos a la práctica del 'traslutio'. Así, trasladaban forzosamente a las poblaciones de sus lugares altos a otros llanos y más fáciles de controlar, desde donde establecían un nuevo sistema administrativo.

Los textos clásicos mencionan a Calagurris por primera vez tras una lucha en la que el ejército romano venció a uno celtíbero. «Se asume que Kalakorikos ocupaba el mismo solar que la Calagurris romana. Pero hasta ahora, la arqueología no dice lo mismo: se han encontrado restos celtíberos, pero escasos y maltrechos y que no se retrotraen más allá del siglo II a.C., cuestiona Eguizábal.

De toda la cuenca media-baja del Cidacos, el único yacimiento de envergadura que se solapa con esta cronología es el de San Miguel de Arnedo, que desaparece justo cuando, casualmente, empiezan a datarse los restos más antiguos de nuestra vecina Calahorra.

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