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El Judas quemado en Alfaro arde en Cataluña

El Judas quemado en Alfaro arde en Cataluña

Un muñeco que simbolizaba a Artur Mas ardió durante la Semana Santa y desata malestar en la prensa catalana

LARIOJA

Viernes, 25 de abril 2014, 18:10

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Ardió el director general de Carreteras y ardió el ministro Wert. Fueron pasto de las llamas una bola del mundo, el mandamás Obama, una pareja de becarios y el caníbal Lecter. Tambien acabaron en la hoguera algún juez, cierto banquero, un torero y una infanta. Por quemarse, se quemaron incluso el expresidente culé Sandro Rosell y su delantero Neymar. Pero ardió Mas, Artur Mas, y ardió Troya.

Es decir, que el popular acto de quema de los judas que cada Semana Santa sirve en Alfaro y otros puntos de la geografía riojana para conmemorar una tradición secular ha provocado un pequeño incendio allá en Cataluña. Porque uno de esos simpáticos muñecos representaba, cierto, al presidente de la Generalitat catalana. Más o menos, lo que ocurre por Valencia en Fallas. Que el pueblo llano satiriza la actualidad diaria y se ceba con algunas personalidades incruentas, que suelen acoger con deportividad su paso a los imaginarios infiernos. Salvo que se carezca de sentido del humor, que es lo que sucede en el diario digital e-noticies, una publicación catalana que se hizo eco de la quema de ese judas alfareño que, en efecto, llevaba la cara de su presidente.

En su noticia, que incluye comentarios de los lectores muy críticos con el destino entre llamas que aguardaba al muñeco llamado Artus Mas, el diario señala que también pereció sacrificada una figura que representaba al consejero de Economía del Gobierno catalán, Andreu Mas-Colell. No se cita sin embargo que entre las personalidades purificadas por las llamas, vestida con un impagable esmoquin de lunares, se incluye al futbolista Messi. Lo cual tal vez sea la razón oscura del enojo de la citada publicación. La razón inconfesable.

O tal vez sólo acontece que con los deseos de independencia se haya perdido por tierras catalanas la capacidad para reírse de uno mismo. La capacidad para identificar las bromas.

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