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Doscientas merinas revivieron la entrada de los antiguos rebaños trashumantes. :: m. herreros
Acompañamiento y recepción al rebaño de ovejas merinas

Acompañamiento y recepción al rebaño de ovejas merinas

P. HIDALGO

LUMBRERAS.

Sábado, 7 de octubre 2017, 23:53

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La mayoría de las localidades riojanas que tradicionalmente practicaban la trashumancia pertenecieron a la Cuadrilla de la Mesta de Soria, de ahí que el vínculo entre ambas provincias sea singularmente estrecho. Y precisamente sorianas fueron las grandes protagonistas de la jornada de ayer: las 200 merinas que el ganadero Ricardo Pérez Martínez (de Navabellida, pueblo perteneciente al municipio de Oncala) acercó hasta el cruce de la aldea de San Andrés para revivir el momento de la entrada de los antiguos rebaños trashumantes.

En torno a un centenar de personas acompañó a este pastor que aún lleva a cabo la trashumancia en el camino entre este punto y la Venta de Piqueras, donde fueron recibidos con un pasacalles de recepción y la mirada llena de asombro de los niños. «Quedan pocos en este oficio, pero continúo por vocación, porque me gusta y porque viene de mis antepasados», afirmó este hijo, nieto, biznieto y tataranieto de trashumantes. Él aguardará a noviembre a bajar a Cáceres. En otros tiempos, hoy le hubieran cantado eso de «ya se van los pastores a la Extremadura, ya se queda la sierra triste y oscura».

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