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El estanque ha visto reducida su profundidad en casi un metro, que se ha rellenado con piedra, grava y hormigón. :: m.f.
Lavado de cara al estanque de los Picuezos

Lavado de cara al estanque de los Picuezos

Las reformas del entorno han supuesto un rebaje de la profundidad de la charca para evitar la acumulación de algas

MARÍA FÉLEZ

Domingo, 8 de enero 2017, 23:59

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Hace doce años se creó en Autol uno de los entornos más bellos con los que cuenta el municipio. El Picuezo y la Picueza, emblemas de la localidad, necesitaban de un entorno más bello y se construyó un parque en el que el protagonismo de estas figuras naturales y pétreas se compartía con un precioso estanque que durante estos años ha dado más de un quebradero de cabeza a las autoridades municipales.

El primero era el de seguridad, ya que el estanque tenía una profundidad de 1,80 metros, un peligro para muchos niños que juegan en los columpios que hay en la zona; el segundo era de suciedad, ya que los arrastres del río se acumulaban en él dando una imagen en muchas ocasiones de insalubridad, y el tercero era económico: limpiarlo suponía un sobrecoste para el Consistorio difícil de asumir de forma anual, por lo que sólo se había limpiado una vez en los 12 años de historia, fue hace seis con la llegada del actual equipo de Gobierno.

«Era muy complicado extraer los lodos y las algas que iban invadiendo el estanque y por eso hemos decidido rellenarlo con grava y una buena capa de cemento y así quitarle profundidad», explica Catalina Bastida, alcaldesa de Autol.

Con esta medida se matan dos pájaros de un tiro: por un lado la limpieza será más sencilla y se podrá realizar con recursos propios del Consistorio y por lo tanto no se acumularán lodos y algas. Además, la charca ofrece ahora una profundidad de 80 centímetros, con lo que será más segura para los que cada día acuden al parque. «Limpiar el estanque suponía destrozar el parque porque tenían que entrar máquinas de grandes dimensiones para llevarse los lodos acumulados», comenta la alcaldesa explicando que esta vez se han retirado un millón de kilos de lodo.

Las obras han consistido en la colocación de una capa de piedra y grava (un total de 900 metros cúbicos) y una capa de 20 centímetros de hormigón, en unas obras que han durado un total de dos semanas. Además, se ha esperado a realizar las obras en invierno, ya que el agua que sale del estanque va a una madre de riego que suministra agua a buena parte de los agricultores catones. «Lo dejamos para invierno porque hace falta regar menos y además habían caído una buenas lluvias a principios de diciembre, porque ha habido que cortar el agua de esa madre durante varios días», explica la alcaldesa.

Los lodos que se han sacado del estanque se han colocado, de momento, en una parcela municipal cercana al parque a la espera de que vaya perdiendo volumen y puedan retirarse definitivamente. «Realmente no son lodos; es más bien tierra negra de los arrastres del Cidacos que se quedaban en el estanque cuando había riadas», dice Bastida. Esto ya no volverá a pasar en el estanque de los Picuezos.

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