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CRISTINA VALDERRAMA* haro@larioja.com
Miércoles, 29 de junio 2016, 00:29
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Por fin ha terminado la cuenta atrás y Haro ya está preparado para su gran día. Hoy es San Pedro y los jarreros y muchos visitantes tienen su madrugadora cita en los Riscos de Bilibio para disfrutar de la Batalla del Vino. Las fiestas de San Juan, San Felices y San Pedro son un camino de cinco días para terminar a lo grande.
7 horas. Subida de los autobuses desde la entrada del camping.
7.30 horas. Alegres dianas.
8 horas. Salida de los romeros hacia los Riscos.
8.45 horas. Misa en San Felices y comienzo de la Batalla del Vino.
12 horas. Típicas vueltas en la plaza de la Paz y continuar hacia la plaza de toros donde hay vaquillas
20 horas. Verbena popular con Krossko.
23 horas. Verbena con Krossko y más tarde toros de fuego.
Ayer en Haro ya se notaba en el ambiente el nerviosismo que precede a este día. En la calle no se hablaba de otra cosa. Las conversaciones giraban en si iba a hacer bueno o si haría frío a primera hora -las previsiones apuntan una mínima de 14º de temperatura-, si el vino y el almuerzo estaban preparados o de si subían en vehículos particulares o en el autobús.
Un año más, el Ayuntamiento de Haro ha contratado varios autobuses que subirán continuamente, a partir de las 7 horas, desde la entrada del camping de Haro hasta la zona de Baltracones, muy cerca de San Felices. Y para habilitar el lugar, Protección Civil y otros operarios subieron ayer a las campas a acordonar y delimitar los espacios.
Pero como no todo, aunque casi, gira en torno a la Batalla del Vino, ayer también hubo tiempo para exprimir el quinto día de fiestas. Los más pequeños se lo pasaron en grande evitando a los toros de cartón y siguiendo o corriendo delante de los cabezudos y los gigantes, que iban acompañados de los gaiteros. La Sociedad Riojalteña de Caza y Pesca organizó su tradicional concurso en el parque Rodríguez de la Fuente con una treintena de inscritos.
Y a media mañana, la peña Los Viejos organizó en los Jardines de la Vega un concurso de tortillas de patata. Nueve personas ocuparon los hornillos para elaborar distintas creaciones con o sin cebolla, rellenas o sencillas y llevarse los premios que concede la peña.
Mientras, en Julián Fernández Ollero, los niños disfrutaban de una selección de hinchables. El sol pegaba y el calor hacía que buscaran la sombra.
Y tras una larga siesta, imprescindible para afrontar la noche que tenían por delante, a última hora de la tarde los jarreros comenzaron a aparecer por la zona de la plaza de la Paz y de la Herradura. De blanco y rojo, los que van a ir directamente a la Batalla del Vino, o sólo con el pañuelo salieron a disfrutar de la fiesta. Y mucho extranjero en grupo que con chanclas y cara de expectación miraban y grababan todo lo que veían.
Porque es tarde de peñas. Las cuatro que hay en Haro nombraron peñista del año a Juan Rosales, uno de los fundadores de Los Veteranos y que lleva 47 años en la peña junto a hijos y nietos. Y después todas salieron en pasacalles para, junto a la electrocharanga, llenar la calle de música y de fiesta.
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