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SALUD

Un cirujano inglés es suspendido por grabar sus iniciales en el hígado de un paciente

COLPISA

Jueves, 26 de diciembre 2013, 21:26

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Un enfermo que entra en un quirófano espera que todo vaya con normalidad. Que el cirujano de turno no se equivoque de rodilla a la hora de intervenir -cosa que ya ha pasado-, que no se deje nada dentro después de cerrar, como gasas u otros instrumentos. Algo que también ha sucedido: una argentina ha estado nueve meses conviviendo con unas tijeras. Le hicieron una cesárea para dar a luz y sacaron al bebé, pero metieron las susodichas tijeras de 15 centímetros. Y gracias a que tuvo un cálculo de riñón y se lo detectaron los galenos de La Rioja -la provincia argentina, no nos confundamos- que si no, podrían haber estado allí otros nueve meses más.

Estas cosas, que son raras, pasan. Pero seguro que es más extraño que haya un cirujano que firme sus obras como si de un Velázquez o un Dalí fuera. Esto es lo que ha hecho Simon Bramhall, cirujano y experto en trasplantes de hígados. Al buen doctor no se le ocurrió otra cosa que grabar sus iniciales -'SB'- en el órgano de un paciente. El suceso ocurrió en el hospital Queen Elizabeth de Birmingham y la culpa la tuvo un colega del doctor Bramhall. Durante una revisión rutinaria, vio que había algo raro en la superficie del hígado trasplantado. Nada grave, pero para quedarse seguro decidió hacer una radiografía. Y ahí, en la foto, aparecieron las letras del médico. Enseguida saltó la voz de alarma en la clínica inglesa y comenzaron las pesquisas. Las letras, por ejemplo, se hicieron con gas argón, que quema la superficie del órgano de los pacientes. Sí, los pacientes. Porque ahora la dirección del hospital se teme que el doctor haya firmado a cientos de trasplantados, ya que llevaba en el puesto más de una década.

Por el momento, el hospital ha recalcado que la gracia -por llamarla de alguna manera- de su médico es totalmente inofensiva. Además, decidió suspender de empleo y sueldo al cirujano hasta tener más datos «y completar una investigación interna» sobre lo ocurrido. Por ejemplo, el hospital quiere saber cómo es posible que el doctor haya grabado sus iniciales en un quirófano sin que el resto de los profesionales sanitarios que intervienen en una operación de estas características se haya dado cuenta de lo que hacía Bramhall y por qué lo hacía. Tal vez porque tiene un ego tan grande que debe dejar su huella allá por donde pasa y, por eso, firma con sus iniciales.

No obstante, grabar tus iniciales en un hígado tampoco es la mejor manera de poner obstáculos a una investigación para pasar desapercibido. Como tampoco es lo más común dedicarse al latrocinio y llevar un currículum en el bolsillo cuando visitas cinco sedes bancarias y no precisamente para sacar dinero de su cuenta, sino la de llevarse toda la pasta que pudieran coger. Pero, mala suerte, el papel con nombre, dirección, teléfono y experiencia laboral se cayó en un atraco en Oviedo. Como el médico inglés, dejando pistas.

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