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R. GONZÁLEZ LASTRA
Jueves, 7 de febrero 2013, 22:57
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El río Ebro volvió a sacar pecho ayer a su paso por La Rioja. Bien nutrido por la insistencia de este generoso comienzo de año en cuanto a las precipitaciones de agua y de nieve, sus aguas bajaban crecidas, pero sin riesgo.
Pasadas las 19.30 horas, el nivel era de 2,83 metros a su paso por la capital riojana, con un caudal de 605,92 metros cúbicos por segundo, muy lejos de los máximos alcanzados el pasado 21 de enero, con 3,82 metros y 1.005,03 metros cúbicos.
Con las importantes aportaciones de dos de los afluentes provenientes de Navarra, el Ega y el Arga, la alerta roja se activó en la estación de Castejón, la que mide los registros del Ebro a su paso por Alfaro.
Al cierre de esta edición había frenado su incremento y su nivel era de 6,15 metros (más de 1,30 metros por debajo de los 7,47 alcanzados el pasado 21 de enero) y su caudal ascendía a 1.457,80 metros cúbicos por segundo, lejos de los 2.235,14 que le estadística reflejó 18 días atrás.
Las previsiones de caudal circulante, provisionales y con un alcance temporal máximo de 72 horas, elaboradas por el Sistema de Ayuda a la Decisión (SAD) de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), auguraban ayer un descenso continuo durante los próximos días hasta bajar, a partir del próximo lunes, 11 de febrero, por debajo de los 500 metros cúbicos por segundo en el caudal del río a su paso por la capital riojana y de los 1.000 en el tramo alfareño.
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