Borrar
Víctor Pascual asumió la Presidencia de la Interprofesional con su fundación en el año 2004./ MIGUEL HERREROS
«No tengo ningún deseo ni intención de continuar»
entrevista

«No tengo ningún deseo ni intención de continuar»

Víctor Pascual, presidente del Consejo Regulador de la DOC Rioja, contesta a las preguntas de Diario LA RIOJA

ALBERTO GIL

Martes, 27 de noviembre 2012, 23:21

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

S e va. Lo que era una intuición general, pero nadie se atrevía a preguntar ya tiene respuesta. «Me voy supersatisfecho y con buenos recuerdos». Víctor Pascual, en una entrevista con Diario LA RIOJA, elude mostrar cualquier tipo de resquemor después de ocho años, casi nueve, intensos en primera fila como presidente del Consejo Regulador, y toda una vida en el sector. El bodeguero no lo ha pasado bien en este último año, en el que los enfrentamientos han paralizado la Interprofesional. Su gran temor era salir por la puerta falsa, o de un portazo, de una institución a la que ha dedicado toda su vida.

Arropado por sus bodegas, fue reelegido presidente del Grupo Rioja en junio, y ahora se aparta para que sea el sector productor el que asuma la responsabilidad de proponer en un candidato: «Hay un acuerdo del pasado 14 de mayo, firmado por todos, y así será». Víctor Pascual hace un repaso en esta entrevista a lo que se ha hecho bien y lo que se ha hecho mal desde la constitución de la Interprofesional en el año 2004 y, desde luego, encuentra más sombras que luces.

-¿Qué hará Víctor Pascual tras la renovación de la Interprofesional?

-Lo que le puedo decir es que no tengo ningún deseo ni intención de continuar.

-Ha sido reelegido presidente del Grupo Rioja. ¿Seguirá en la patronal de bodegas?

-En principio, no dejaré el Grupo Rioja porque es mi casa. Pero, en lo que nos afecta, que es la Interprofesional, no tengo intención de asumir protagonismo alguno.

-¿Será en esta ocasión el sector productor el que proponga y las bodegas acepten presidente?

-Por supuesto. Hay un acuerdo del pasado 14 de mayo que así lo dice, con siete puntos aceptados por unanimidad, y uno de ellos es el que comenta. Así se pactó por todos.

-Después de un año de bloqueo, no todo está encaminado, con las cooperativas pendientes de una asamblea para ver si siguen. ¿Tienen motivo las cooperativas para el desencanto mostrado?

-Lo que siempre he dicho a todas las organizaciones es que las decisiones hay que tomarlas en frío y trabajar por el sector en conjunto. Ahora bien, las cooperativas, me consta, están molestas.

-¿Fue político, en un órgano profesional, el laudo ministerial?

-Eso dicen las cooperativas.

-¿Se empecinó Víctor Pascual en mantener un proceso de renovación abierto sin las organizaciones agrarias?

-No digo que no haya cometido errores. Lo importante es que de ahora en adelante se corrijan, pero el tema del bloqueo no es de un año, sino de tres. El mayor problema que hemos tenido es que el sistema de votación se ha pervertido. La mayoría cualificada de 150 votos de 200 es para no atropellar a las minorías, pero lo que no puede ser es que el hecho de que no se haga la voluntad de una minoría pueda paralizar todo el sector.

-Ha habido hasta enfrentamientos personales por la tensión. ¿Cree que deberían también irse otros?

-Cada organización sabe lo que tiene que hacer. Hace falta un examen profundo de todos para que no se cometan los mismos errores.

-Después de tantos años en el sector, ¿se ha sentido maltratado?

-No. He separado siempre el cargo de la persona. Sí he oído comentarios injustos, pero personalmente no he tenido nunca ningún problema. Lo que le diré es lo que más me ha satisfecho: el reconocimiento de mis amigos. Ha habido tragos amargos, pero me voy supersatisfecho y con buenos recuerdos.

-¿Qué pasó con su reeleción en el 2008? ¿Debía no haber sido presidente entonces?

-Lo curioso es que el presidente de la Interprofesional ha sido siempre propuesto por el sector productor. Así fue en el 2004 e iba a ser en el 2008. Entonces, trajeron una propuesta de una persona muy válida, pero las asociaciones comerciales, al menos la nuestra, nos enteramos por la prensa. Yo continúe porque la propuesta de los productores no estaba consensuada y así me lo pidieron mis bodegas.

-¿Qué ha hecho mal la Interprofesional en estos ocho años?

-El mayor error es que nos hemos mirado mucho al ombligo y tenemos que mirar hacia fuera, donde está el negocio. Lo que a nosotros nos parece importante a los mercados les da igual. A Rioja se la conoce por la calidad de sus vinos, no por las organizaciones de su sector.

-¿Hay solución para evitar esas situaciones?

-En los seis primeros años de la Interprofesional los problemas se solucionaban hablando. El diálogo es básico porque los intereses son los mismos: el desarrollo de la marca Rioja y de su valor añadido para que llegue para todos. El modelo de Rioja es un modelo de éxito y somos envidia de todas las denominaciones de origen de España. Estamos en primera línea de los mercados, sobre todo en el exterior. Ése es nuestro gran valor y por eso soy optimista.

-¿Rioja está mejor de lo que cabría pensar con la recesión actual?

-Estamos en un mix de 65/35% de ventas nacionales y exteriores. Cuando empezamos en la Interprofesional, la relación era 78/22%. Apostamos por tres pilares básicos: calidad, promoción y enoturismo y la internacionalización. Y creo que hemos ido cumpliendo, tanto en calidad, como en promoción e internacionalización.

-La promoción de la marca colectiva ha sido su gran caballo de batalla. ¿Está satisfecho?

- Sí. No era fácil la apuesta por la marca de todos.

-Pero se ha extendido la idea de que el viticultor paga más de lo que le corresponde?

-A todos nos parece que pagamos más de lo que debemos pagar. Lo que sí sé es que la promoción institucional da muchas más ventajas al que tiene menos medios que al que tiene más, incluidos los viticultores.

- ¿Hay riesgo de que tanta tensión rompa ese acuerdo de apoyo a la marca colectiva por las bodegas?

- Estoy convencido de que las bodegas están cómodas con la estrategia promocional. Ahora bien, no siempre ha sido así. Antes, el nombre de Rioja se ponía en pequeño en las etiquetas y ahora se pone en grande. Algo habremos hecho bien.

- ¿Es un mérito de Víctor Pascual?

- Es un mérito de todos: bodegas, viticultores y cooperativas hemos empujado en la misma dirección.

-¿Le sorprende que ahora sean los clásicos, y los reservas, la punta de lanza de Rioja?

- En absoluto. Algo de vinos entiendo y es un mérito de las bodegas, de Rioja y de las inversiones que se están haciendo. Tenemos el mayor parque de barricas del mundo y en continua renovación. Cuando toca un "premio" es porque compramos lotería. Los vinos de Rioja de alta gama son irrepetibles, tanto estos que comenta y llama clásicos como otros más modernos que se han desarrollado en estos años.

-El vino sigue siendo hoy uno de los pocos sectores dinámicos de la economía, con inversiones familiares, y también de grandes grupos que hasta hace poco "mordían" a Rioja. ¿Es un triunfo?

-Un gran triunfo. De hecho estos grandes grupos son ahora más defensores del modelo incluso que yo mismo. Rioja saldrá en primera línea de la crisis, no tengo duda.

-¿Qué futuro aventura para los viticultores?

-Soy de Cenicero y me he criado entre cepas y viticultores. Son unos profesionales como la copa de un pino, que están aguantando la crisis, pero a la vez mejorando sus explotaciones. Creo que la profesión de viticultor tiene futuro. La mayor parte de las bodegas no tiene intención de tener sus propios viñedos mientras haya viticultores profesionales y lo que están primando son acuerdos plurianuales que garanticen calidad y estabilidad.

-China, EEUU... ¿Dónde hay que hacer más hincapié en el exterior?

-Hay mercados maduros, donde hay que seguir trabajando, y veo Rusia como una gran apuesta, junto con Méjico. En este último país hemos desplazado a otros vinos europeos y, pese a que hay poco hábito de consumo, crece la clase media y son potenciales consumidores. China no es el Dorado y tenemos que tener cuidado y vender poco a poco. EEUU requiere mucha inversión y, estamos cada vez mejor, pero no podemos olvidarnos de España, que es nuestro gran mercado.

-Creo que el tema del vino blanco es algo que le duele no haber sacado adelante del todo...

-Lo que más me duele es que lo que decía hace cuatro años es lo mismo que digo hoy. Rioja debe atender a los mercados y desde hace tiempo no podemos ofrecer blanco. Tenemos 4.000 hectáreas y este año sólo tendremos 16 millones de litros. Es decir, no tenemos vino, pero el problema además es que nuestros blancos son buenos para un nicho de mercado medio, incluso alto. Aprobamos también nuevas variedades como complemento, pero lo lamentable es que seguimos sin plantaciones.

-¿Ha habido "intromisión" política en este y otros temas?

-Las Interprofesionales tienen que servir para decidir cuándo se mete una velocidad y cuándo otra. Debemos decir lo que necesitamos y lo hicimos, pero las administraciones, como propietarias de los derechos de plantación, no nos han seguido. Desconozco las presiones que ha habido para que La Rioja y País Vasco no dieran los derechos, pero el sector lo había pedido por unanimidad. Hemos desabastecido un mercado y recuperarlo va a ser muy difícil.

-¿Qué opina usted, y sus bodegas, sobre la liberalización de plantaciones?

-Rioja gestiona mucho mejor la escasez que la abundancia. Hay que conseguir mantener el actual sistema de derechos y deben seguir en manos de las administraciones, aunque, como decía, a diposición del sector. Bodegas y viticultores somos socios en este negocio.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios