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El nuevo 'Cosme García'
historia

El nuevo 'Cosme García'

Defensa continuará en el S83 la tradición de bautizar uno de sus submarinos con el nombre del inventor riojano

MARCELINO IZQUIERDO

Sábado, 4 de febrero 2012, 18:51

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Vuelve a estar de actualidad el ilustre logroñés Cosme García después de que el presidente del Gobierno regional agradeciera al ministro de Defensa, Pedro Morenés, la decisión de bautizar uno de los submarinos de la Marina española con el nombre del inventor riojano. «Es una manera de perpetuar la historia de este riojano ilustre y de que su legado permanezca en el tiempo. Es una buena noticia», ha afirmado Pedro Sanz. En realidad, la decisión ya era conocida desde la pasada primavera, siendo entonces titular del Ministerio Carme Chacón.

El futuro submarino Cosme García será un sumergible de la clase S-80, que está construyendo la empresa española Navantia en su factoría de Cartagena. Está previsto que el primero (S-81) sea botado en el 2013, con el nombre de Isaac Peral, que entrará en servicio en marzo del 2015; el segundo S-82 Narciso Monturiol-, en noviembre de 2016; el tercero (S-83), dedicado a Cosme García, se botará en marzo del 2017, junto un siglo después desde que se le dedicara el primero (1917), y el cuarto (S-84) será nominado Mateo García de los Reyes, en homenaje al primer jefe del arma submarina española, y se hará a la mar en mayo del 2018. No es el primer submarino español que lleva el nombre del inventor logroñés.

En 1917 el Consejo de Ministros bautizó como Cosme García, a uno de los submarinos de la Armada Española de Clase A adquiridos a Italia. En 1972, el submarino S-32, procedente de la ayuda norteamericana, también paseó la figura del ilustre riojano por el ancho mar.

Las características fundamentales de los futuros sumergibles se basan en un nuevo sistema de propulsión de alta tecnología y una gran autonomía bajo el agua. Su cometido básico será el de cumplir las misiones como la proyección del poder naval sobre tierra, la guerra naval especial, la protección de una fuerza desembarcada, vigilancia, protección de una fuerza naval y, por supuesto, la disuasión.

UN GENIO RIOJANO

¿Y quién era Cosme García, además de dar nombre a un instituto de la capital?, se preguntarán algunos. Pues un genio de la ingeniería del siglo XIX, un manitas que vivió al límite, construyó el primer submarino español, inventó artilugios para la imprenta, las armas o los sellos, y todavía le quedó tiempo para enredarse en líos de faldas. Sin embargo, murió pobre y sin consuelo.

Nacido en Logroño en 1818, Cosme García fue un «manitas» desde niño, al que pronto sus vecinos le pusieron el mote de El Pinche. Inquieto como pocos, primero se dedicó a arreglar todo tipo de artilugios, fabricó guitarras y bandurrias y regentó un taller de artilugios varios frente a la parroquia de Palacio, aunque muy pronto descubrió su veta de inventor. Pero, como hombre del siglo XIX, se alistó en la Milicia Nacional, fue cazador empedernido y gran aficionado a las faldas.

Buscando fortuna, abandonó su Rioja natal y se trasladó con su familia a Madrid. En la villa y corte trabajó en el mantenimiento de la maquinaria para diversos organismos oficiales y con las patentes de sus inventos amasó una importante cantidad de dinero, que empleó, además de en vivir de forma desahogada, en la inversión para nuevos artilugios.

Contratado por Correos, inventó novedosas máquinas para el sellado de cartas, lo que supuso una auténtica revolución en el sistema postal español, y durante casi veinte años el inventor logroñés se benefició de un contrato con Correos para la explotación de la patente. Tiempo después, ya como regente de la Imprenta Nacional, proyectó mejoras en la fundición de los caracteres de imprenta y diseñó las máquinas de timbre de la Casa de la Moneda.

FUSILES DE REPETICIÓN

Apasionado de la caza, Cosme García patentó diversos tipos de armas de fuego buscando siempre la 'piedra filosofal': sistemas de repetición, su gran sueño, hasta que perfeccionó una carabina de retrocarga que podía disparar más de 3.000 proyectiles sin que fallara el mecanismo y sin necesidad de limpiar el arma. Por desgracia, los 500 fusiles fabricados en Oviedo para armar a dos batallones de cazadores fueron robados durante la Gloriosa de 1868 y empleados por los rebeldes para derrocar al Gobierno que sustentaba a Isabel II.

Sin embargo, Cosme García no fue tan sólo un genio que soñaba con tornillos, piezas y sumergibles, estos últimos su gran obsesión. Fue también un personaje de novela, un hijo de su tiempo marcado por el Romanticismo imperante, por tiempos de trepidantes cambios. Entre planchas, sellos de caucho, cañones y pólvora bullía un tipo emprendedor de irrefrenable osadía en los negocios empresariales y, también, en los líos de faldas. Abandonó a su mujer, Úrsula Porres, y a sus tres hijos y se fue a vivir con la sirvienta, María Egaña, con la que aún tuvo otros dos.

«Vivió rápido y falleció prematuramente a los 56 años, pobre y triste ante la falta de interés hacia su submarino pero, antes de abandonar este mundo, probó su invento, no podía dejar de hacerlo y peleó cuanto pudo para conseguir los recursos necesarios para dar vida a su máquina», afirma el investigador Alejandro Polanco.

150 AÑOS DEL 'GARCIBUZO'

Con motivo del 150 aniversario de la presentación de la patente del Garcibuzo, el primer submarino español, el Grupo Filatélico y Numismático Riojano organizó en octubre del año pasado una serie de actos en homenaje al inventor logroñés Cosme García Sáez.

El 25 de abril de 1861, este emprendedor riojano depositó en el Instituto de la Propiedad Industrial de París los planos originales de su sumergible. Esa hubiera sido, sin duda, la mejor fecha para haber anunciado que Defensa bautizaría un nuevo submarino con su nombre. Pero qué le vamos a hacer

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