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Bebés a 300 euros
SOCIEDAD

Bebés a 300 euros

Niños a la carta. Llegan los 'reborn', muñecos artesanales tan perfectos que se confunden con recién nacidos

:: MARÍA TAPIA

Sábado, 19 de diciembre 2009, 11:34

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Son las ocho de la mañana. Olga Pérez se despierta y como todos los días lo primero que hace es ir a la cuna de 'Joselillo' y darle un beso. El niño tiene abiertos sus enormes ojos azules. Ella lo levanta y le quita el pijama para ponerle la ropita que le compró ayer en el rastro. Después lo sienta en su silla mientras desayuna. El resto del día el bebé de tres meses lo pasa en las piernas de su madre; juntos ven la televisión y navegan por Internet. El recién nacido nunca le despierta a medianoche porque tenga hambre, tampoco necesita que le cambien el pañal. Jamás llora, pero tampoco se ríe.

'Joselillo' está hecho de arcilla y su cuerpo es de trapo, es un muñeco 'reborn' (renacido, en su traducción literal) que compró en una página web hace diez meses. El precio de estos bebés oscila entre los 300 y los 6.000 euros. Son más o menos caros dependiendo del tamaño, el color de piel y los ojos. Se envían desde diferentes países, principalmente Alemania, Estados Unidos o Inglaterra. Pero España también se ha buscado un hueco en este mercado que cada vez adquiere más fuerza. Se trata de muñecos hiperrealistas que simulan a niños recién nacidos, prematuros o de pocos meses. Tanto comienza a ser el éxito de estos productos que el portal Ebay.es registra a día de hoy un total de 7.897 páginas donde se pueden adquirir. «Durante el último trimestre la palabra 'reborn' ha sido una de las más buscadas. En concreto la primera más buscada en la categoría de juguetes. Por estos datos deducimos que seguramente será una de las compras estrella durante estas navidades», señala una portavoz de la empresa.

Los 'reborn' no se producen en masa, por eso son considerados como obras de arte únicas e irrepetibles. Cada uno de ellos requiere de un proceso de trabajo de veinte a treinta días aproximadamente. El primer paso está a cargo de una escultor que se dedica a crear kits compuestos por brazos, piernas y cabeza. Una de las artistas más prestigiosas en esta actividad es la estadounidense Michelle Fagan que cuenta con casi una década de experiencia. «Estudio muchas fotografías para poder obtener el mayor realismo posible y las esculpo en arcilla. Hago entre diez y quince modelos diferentes al año». Estos kits se comercializan en todo el mundo y son comprados por las 'reborners' que comienzan a 'dar vida' a cada muñeco. Primero el color de la tez utilizando pinturas especiales para obtener la tonalidad adecuada en cada zona. Todos los detalles son cuidados minuciosamente. Se dibujan venitas, capilares, labios, párpados, rojeces, coloretes... Se arregla cada uña y se simula incluso la saliva de los labios y la mucosidad de la nariz. Posteriormente el cuerpo se hace de trapo y se rellena con material blando para obtener el peso que tendría un bebé de verdad. Los últimos toques son la ropita, los accesorios y, por supuesto, un nombre. El resultado final es de un realismo impresionante y, sobre todo, polémico. «He escuchado muchas veces decir que parecen niños muertos. Los rechazan, no quieren tocarlos ni verlos», narra Miriam Leveque, una catalana de 39 años que hace muñecos 'reborn' desde hace cinco años.

Bebés terapéuticos y de cine

Miriam es enfermera geriatra y asegura que estos bebés son muy recomendables para las personas mayores. «En las residencias se usan como terapia para la gente con demencia o alzheimer; y como material didáctico en los hospitales», asegura. El teatro, el cine, la televisión y la publicidad también se han rendido ante su realismo y los utilizan ante la carencia de los derechos de imagen de bebés verdaderos.

Pero los usos de un 'reborn' llegan mucho más allá. «A veces tenemos que hacer un poco de psicólogos porque hay gente que quiere muñecos que suplan a un niño que no ha llegado a nacer. Me he encontrado con todo tipo de experiencias», confiesa la catalana. No son pocos los casos en los que se adquieren estas creaciones para intentar enfrentarse a la esterilidad, a la pérdida de un hijo o a un aborto involuntario. Ante este fenómeno la psicóloga clínica Elena Borges opina que «son muñecas preciosas y muy positivas que subsanan deseos por la llamativa ternura que emiten. Lo más importante es no abandonar la realidad. Una cosa es tenerlo de adorno y otra salir a darle un paseo». La especialista destaca que los 'reborn' también pueden resultar beneficiosos para los menores porque «sustituyen a las famosas y sexualizadas Barbies que provocan un culto al cuerpo que las crías proyectarán el día de mañana; en cambio con el muñeco de un recién nacido satisfacen el deseo de emular a su madre con un bebé». Pese a esto, las 'reborners' advierten con insistencia que sus creaciones no son juguetes sino obras de arte que deben ser tratadas y cuidadas como tal. «Hay algunos tan perfectos que llegan a costar 6.000 euros. Y merece la pena, si yo tuviera ese dinero compraría uno», afirma Miriam Leveque, quien confiesa que en España «aún no tenemos el nivel para vender a precios que superen los 500 euros».

Niños por encargo

Ese no es el caso de Lourdes del Estal Gandú, una 'reborner' madrileña que ha llegado a vender hasta por 1.800 euros. Hace cinco años tuvo su primer y curioso encuentro con estos muñecos. «Estaba navegando en una página de compras por Internet cuando me encontré con la imagen de un bebé. Lo primero que pensé era que estaban vendiendo niños a la carta. Enseguida quise denunciarlo, así que entré a informarme para ponerlo en conocimiento de la ley. Cuando me di cuenta de que se trataba de muñecos me quedé impresionada. Fue ahí donde me entró el gusanillo». Así fue como empezó a 'rebornear'; primero para sí misma, después para familiares y ahora por encargo. «Al año hago más de cien muñecos. A veces tengo tantos pedidos que no me puedo permitir dormir más de dos horas diarias». Lourdes es la primera española que obtuvo el certificado de calidad y distinción de la asociación internacional Praise, una de las más importantes del gremio. Sus 'reborn' cuestan entre 350 y 900 euros si pertenecen a un modelo de catálogo, y entre 900 y 1.200 si se trata de una réplica. «Te envían la fotografía de un bebé para que lo 'copies'. Se pueden hacer muy parecidos. Se resaltan algunos rasgos y se disimulan otros por medio de la pintura. Se trata de 'maquillar' el molde». La madrileña conserva una colección de casi 32 muñecos; con ellos ha podido montar algunas exposiciones. «Me he encontrado con mucha gente a la que le da respeto el realismo de los muñecos. Me han llegado a preguntar si son bebés embalsamados y he tenido que desnudarlos para que vieran que el cuerpo era de tela». Para ella esta es una actividad totalmente satisfactoria. «Es algo que te engancha mucho, que te llena por dentro. Todas tus creaciones tienen mucho cariño y empeño».

Parece que respiran

Tal es el éxito que comienza a tener en España que Silvia Prieto, una gerundense de 29 años, ha abierto su propia tienda virtual, Shiru's Sweet Dolls, con todo lo necesario para practicar el 'reborn'. «En este país no había dónde comprar los materiales o todo era muy caro, así que intenté traerlo yo de Estados Unidos a un precio que fuera razonable». La primera inversión para practicar el 'reborn' es de aproximadamente 190 euros e incluye un kit completo con cuerpo, pinturas, pinceles, esponjas, imanes, chupetes, el cabello y las agujas para insertarlo.

Para la empresaria lo importante es ofrecer productos que favorezcan el realismo de la obra. «Hay un arsenal de cosas para hacer el muñeco más real, corazoncitos pequeños que funcionan con batería y te dan la sensación del latido, y otros mecanismos que hacen que se mueva la barriguita y parezca que está respirando. A más perfecto y real, mejor». Así ya casi sólo les faltaría tener alma.

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