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Para el acceso de las máquinas al interior del terreno de Corazonistas se ha derruido parte del muro lindante con Obispo Fidel García. / J. MARÍN
Un vergel en el Seminario
LOGROÑO

Un vergel en el Seminario

La Universidad transforma el viejo solar de Corazonistas en un jardín y huerta para las prácticas de los alumnos, que ensayarán con nuevas especies

A. AZCONA

Miércoles, 11 de noviembre 2009, 09:35

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El viejo patio del edificio de Corazonistas, situado en la zona más al oeste del Seminario diocesano de Logroño, recuperará en pocas semanas el esplendor de sus mejores años cuando abundaban las vocaciones. No será sin embargo para uso y disfrute de los jóvenes religiosos, sino que se convertirá en campo de experimentación en hortofruticultura para las prácticas de los alumnos de Ingeniería Técnica Agrícola y Enología de la UR. El terreno, en desuso desde hace 30 años, será también campo de trabajo para los profesores de estas titulaciones, que de esta forma cambiarán horas de laboratorio por tiempo a pie de plantaciones con fines de investigación.

Las máquinas ya han entrado en este solar donde hasta ahora crecía la vegetación sin control y lo han hecho sin compasión. Por delante se han llevado las viejas instalaciones deportivas que antaño sirvieron para el entretenimiento en horas de ocio y que ya no eran de utilidad. Si se cumplen los plazos, a finales de año el suelo habrá reverdecido. Donde había un frontón se cultivarán -desde diciembre-, olivos y almendros; donde languidecía la cancha de baloncesto y el campo de fútbol habrá viñas y, a un lado, en un espacio que permanecía vacío, está previsto que brote un frondoso jardín para el cultivo de flores y la práctica de paisajismo.

De momento, el proyecto está en un estadio inicial consistente en los primeros trabajos de limpieza y acondicionamiento. Luego seguirá el allanamiento de la zona de labranza para poder llevar a cabo las primeras plantaciones el próximo mes.

Los 11.894 metros cuadrados de parcela, equivalentes a un campo y medio de fútbol, se dividirán en cuatro zonas. En la más próxima a la rotonda del IX Centenario está previsto habilitar una huerta frutal, en la que se mantendrán una buena parte de los cerezos, manzanos, ciruelos, perales y melocotones que sobrevivían. «Algunos, sin embargo, se han arrancado porque estaban mal o porque no se encontraban en el mejor sitio», explica Ignacio Pérez Moreno, director del Departamento de Agricultura y Alimentación.

Recuperar variedades

La idea es plantar variedades que están a punto de desaparecer y ya no se cultivan porque hay otras comercialmente más atractivas. «Nos interesa especialmente experimentar con una clase de manzanos y perales», explica. También habrá un espacio para viñedo y olivos, aunque su destino será principalmente para la investigación docente más que para ensayos del alumnado. «Se probarán nuevas formas de plantaciones y riegos», explica. Todo estará preparado para que la uva se pueda vinificar, aunque los frutos no llegarán hasta pasados tres años. «Lo más seguro es que se plante la variedad tempranillo, pero puede que se apueste por distintas variedades».

En la parte de jardinería, se mejorarán rincones existentes con setos y plantas trepadoras. La vegetación brotará en todo su esplendor, pero como explica el director de Agricultura, «tampoco se puede pensar que vamos a tener recolecciones estupendas. Si queremos formar alumnos, habrá que perder cosechas. Si el alumno tiene que aprender qué es una plaga, habrá que crear las condiciones para que aparezcan...».

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