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Responsables de la UAGR secundados por agricultores, ayer en la sede del sindicato en Logroño. /J.M.
La uva vuelve a los 80
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La uva vuelve a los 80

Agricultores, cooperativas y bodegas encaran una vendimia sana y abundante en lo referido a la uva, pero con previsiones de precios de 0,5 euros el kilo, más propios de hace dos décadas

V. SOTO

Jueves, 3 de septiembre 2009, 10:29

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La uva madura correctamente en la viña mientras agricultores y bodegas ponen en marcha la cuenta atrás para la vendimia. Las previsiones, en cuanto a sanidad, cantidad y calidad, son buenas; muy buenas, incluso. Sin embargo, en esta campaña las nubes más temidas no son las que pueden traer agua o piedra. Los nubarrones más negros son los propios del sector: precios, comercialización y 'stocks'.

Los agricultores han sido los primeros en alzar la voz ante las malas previsiones de la vendimia. Los responsables de la UAGR denuncian que las primeras propuestas de compra para la inminente vendimia sitúan los precios en 0,47 euros por kilo. Es decir, cifras más propias de la década de los 80 que de los últimos años, cuando la media se ha situado entre los 85 céntimos y un euro el kilo.

«Las ventas han bajado el 10% y el precio de la botella el 2,5%», asegura Ángel Palacios, responsable de los servicios técnicos de UAGR, pero, de confirmarse esos precios en la campaña, los agricultores se verían 'castigados' con un descenso del 50% en los precios, algo calificado como «inviable».

Por esta razón, UAGR estudia pedir a los agricultores que no paguen los gastos de promoción del Rioja (5,5 millones anuales) si se confirma ese descenso de la uva.

Según Palacios, «Rioja no se merece estos precios ridículos, que no tienen razón de ser salvo el afán de algunas bodegas de incrementar beneficios a costa de los agricultores» y que podrían desencadenar en una «ruptura de la DOC».

Por su parte, las cooperativas prefieren mantenerse cautas, aunque también han empezado a escuchar rumores. «Estamos preocupados porque no sabemos por dónde van a romper los precios, pero parece que van a ser muy diferentes a los de otros años, con cifras entre 0,5 y 0,6 euros el kilo de tinta», asegura Fernando Villamor, de la Bodega El Patrocinio, de Uruñuela. «Nosotros embotellamos la mayor parte de la producción y estamos menos expuestos, pero aún así, de confirmarse las cifras, se habrían perdido los avances logrados en los últimos tiempos», añade.

«Estábamos acostumbrados a la estabilidad y este año nos ha tocado un bache, aunque la bajada de la que se habla no es normal», resume Abel Torres, gerente de Viñedos de Aldeanueva, quien prefiere hablar de «especulaciones» en vez de operaciones.

Tampoco a las bodegas les agradan estos vaivenes, según explica José Luis Benítez, director general del Grupo de Empresas Vinícolas de Rioja. «Nos interesa que no haya fluctuaciones y que se garanticen las rentas del agricultor», incide. Pero también recuerda que las bodegas lo están pasando mal. «La rentabilidad de los últimos meses e incluso años está cayendo. Se han sacrificado los precios para lograr mantenerse en el mercado», asegura Benítez.

Vender más vino

Todos coinciden en que el consumo es el bálsamo de fierabrás del sector. «Vendiendo vino es como se solucionan todos los problemas», proclama Benítez. «Hay que mantener la calma, seguir haciendo productos de calidad y ser más agresivo comercialmente», resume Torres, desde Aldeanueva.

Y, de la misma forma, niegan que haya 'stocks' de vino sin vender que se acumulan en las bodegas. «Estamos igual que el resto de años, aunque todos hemos tenido que hacer ajustes en los precios. Pero, aunque se bajen, no se consume más vino, así que la salida más clara pasa por la exportación», asegura Villamor. «No hay mucho más vino en las bodegas que el pasado año», confirma Benítez.

Pero la calma que se pide desde bodegas y cooperativas parece que no basta a los agricultores. Desde la UAGR se empieza a barajar la posibilidad de pedir, para el futuro, un precio mínimo por kilo de entre 0,7 y 0,8 euros. «Esperamos que el desequilibrio actual no origine tensiones irrecuperables», concluye Luis Torres, de UAGR.

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