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El capitán médico Miguel Sáez, a su salida, ayer, de la Audiencia./ EFE
Un general admite que repatrió 30 cuerpos del Yak-42 sin identificar
ESPAÑA

Un general admite que repatrió 30 cuerpos del Yak-42 sin identificar

Un oficial testifica que creyó que los cadáveres serían reconocidos en España, pero el funeral de Estado lo impidió

MATEO BALÍN

Jueves, 26 de marzo 2009, 01:39

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El teniente general del Ejército del Aire José Antonio Beltrán, encargado de devolver a casa a las víctimas del Yak-42 por orden del entonces ministro de Defensa Federico Trillo, admitió ayer ante el tribunal de la Audiencia Nacional que juzga el caso que firmó el acta de repatriación de los cadáveres pese a saber que había 30 «sin nombre». Lo hizo, añadió, engañado por el principal acusado, el general médico Vicente Navarro, que le dijo que «todos» los cuerpos habían sido reconocidos por el «equipo español», y que por eso accedió a rubricar el transporte, pero fueron los propios forenses turcos los que le alertaron de que eso era falso.

La declaración del teniente general, que durante la investigación judicial llegó a estar imputado en la causa, abrió el interrogatorio de los testigos citados por el tribunal que intenta fijar el origen de los errores en la identificación de los militares muertos en el accidente aéreo. Su testimonio era el más esperado, porque ejerció de hombre de confianza de Trillo en aquellos fatídicos días y trabajó codo con codo con el general de Sanidad Vicente Navarro y las autoridades turcas para repatriar «cuanto antes» los cuerpos.

El general Beltrán no defraudó la expectación generada. Su declaración enterró buena parte de las esperanzas del general Navarro, al que presentó como principal responsable de lo sucedido. A preguntas del fiscal Fernando Burgos, explicó que él no entendía nada de lo relacionado con las labores de filiación de los cadáveres y se dejó asesorar por el oficial médico. Por eso le preguntó por qué en la lista final «había 32 con nombre y 30 sin él». «Me dijo que no había problema, pero poco después me enteré por los turcos de que éstos estaban sin identificar», admitió el testigo.

Ni el equipo del ministro Trillo ni el propio Beltrán incidieron en este aspecto en las horas siguientes, reconoció el testigo acosado a preguntas por el fiscal. Era martes 27 de mayo y un día después se había previsto el funeral de Estado en la base de Torrejón (Madrid), por lo que los trabajos se realizaban contrarreloj. Al igual que Navarro, el teniente general justificó las prisas en el deseo de no alargar en exceso el luto de los familiares y rechazó cualquier otra presión para finiquitar lo antes posible las labores de repatriación.

«Ministro, sin novedades»

El teniente general relató que realizó el viaje de vuelta en la cabina del avión junto al general Navarro, al que preguntó por los cadáveres que transportaban. «Turco ninguno, sólo españoles, me dijo». El fiscal quiso saber más: «¿Y las actas de defunción?». «Era un tema del cónsul [de España en Turquía] y no le di importancia», señaló el testigo, que reconoció que, cuando llegó a Torrejón, como militar de más rango en el convoy, fue el primero en informar a Trillo: «Ministro, sin novedades».

La jornada de ayer arrancó con la declaración de los dos capitanes enfermeros que formaron, junto a los tres acusados, el equipo médico que se desplazó a Turquía. Otro testigo, el oficial Alberto Ruiz de Paños, admitió que a España se trasladaron 30 cuerpos sin identificar, y añadió que en su momento pensó que su reconocimiento se iba a concluir en Torrejón, lo que no ocurrió ya que horas después de llegar los féretros se celebró el funeral de Estado, sólo tres días después del accidente.

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