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E. SÁENZ E. SÁENZ
Jueves, 11 de septiembre 2008, 15:17
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De ellas, la más destacada resultó la oferta en la UR, como venían reclamando diversas voces, de unos estudios propios de Medicina. Según esbozó, la Facultad tendrá la denominación de Ciencias de la Salud y su implantación será paulatina. El grado de Enfermería será prioritario y el primero en implantarse para, de acuerdo a lo marcado en los Acuerdos de Bolonia para la adaptación al espacio europeo, ser ya operativo en el curso 2009/2010.
«Uno o dos cursos más tarde», la UR estará en disposición de incluir otros grados que se implantarán paulatinamente (un nuevo curso de la carrera cada año) y que se definirán en el grupo de estudio conformado entre los responsables de la universidad riojana y la Consejería de Educación. El presidente riojano resumió en tres las razones para justificar la conveniencia de esta decisión: ampliar la oferta académica de los estudiantes riojanos, aumentar el prestigio tanto de la UR como de la región (La Rioja es una de las dos comunidades que carece de una Facultad con este perfil) y garantizar la estructura de los servicios sanitarios con la opción de contar con más médicos en el futuro.
Decepción socialista
Sanz insertó sus anuncios a lo largo de una densa sesión en la que los portavoces respondieron al discurso central del martes del presidente riojano desde diferentes ángulos. Por parte del PSOE, Francisco Martínez Aldama calificó de «decepcionante» tanto su intervención como las medidas 'anticrisis' previstas por el Ejecutivo regional. «Se la han apagado las ideas y, gracias a sus incumplimientos, La Rioja está ahora peor que hace un año», lamentó el líder socialista, apoyado en la debilidad de un puñado de índices de crecimiento. «Ni da confianza ni seguridad ni está capacitado para liderar el futuro», le espetó para detallar su propia alternativa para reactivar la crisis -un plan sustentado en un triple eje económico, social y político que incluye desde un aumento de la obra pública hasta el recorte de altos cargos regionales- y rechazar de plano la autodefinición de Sanz como presidente de diálogo. «Usted sólo es el presidente del monólogo y la confrontación; del sectarismo y la bronca continua», sentenció.
Más moderado resultó el posicionamiento del regionalista Miguel González de Legarra, quien ofreció el apoyo del PR a las medidas económicas que lidere el Gobierno riojano ante la actual coyuntura con una sola condición: «Que todas esas actuaciones estén previamente pactadas con la Federación de Empresarios y los sindicatos». «Es hora de, sin renunciar a la crítica, huir de la beligerancia política y hacer un frente común», opinó.
La intervención del PP resultó un rendido apoyo a la gestión del equipo de Sanz durante el último año y una confianza ciega en las propuestas en favor de las pymes relatadas un día antes por el líder popular. «El único que incumple es el Gobierno central», dijo el portavoz Carlos Cuevas con la mirara puesta en la bancada socialistas para, tras censurar la gestión de Rodríguez Zapatero y su «alergia» a reconocer la crisis, concluir con una retrospectiva a antes de 1995: «El PSOE es una mala influencia para La Rioja».
Fue también la ocasión de Sanz para profundizar en el anuncio de facilitar a las pymes riojanas créditos por valor de 800 millones. El coste para el Gobierno será de «entre 8 y 10 millones de euros» y ya hay 21 entidades financieras implicadas. «Todo está calculado, no hay nada improvisado», remató.
El Debate no fue ajeno a la actualidad más cercana y a las palabras de Alfredo Milazzo que han desencadenado el malestar entre los facultativos y la crisis en el Colegio de Médicos. «Diga si está de acuerdo con él», retó Martínez Aldama al presidente riojano al repasar la, a su juicio, errónea política sanitaria.
«No sabía que Milazzo fuese un diputado más o que era de mi partido», ironizó Sanz para asegurar a renglón seguido: «Cuando un profesional sanitario no cumple, lo que hace este Gobierno es abrir el correspondiente expediente». Una actitud, opinó, contraria a la de un PSOE «capaz de todo para destruir la imagen de nuestra Sanidad como lo han intentando en Radiología». «Incluso -añadió- callar el archivo por parte del fiscal del caso sobre Eresa». «¿Por qué, señor Aldama?», le espetó.
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