La oposición de Zimbabue ultima un pacto con Mugabe para zanjar la crisis política

El Gobierno y la oposición de Zimbabue se encuentran a un paso de cerrar la crisis que azota al país desde hace cuatro meses. Aunque las dos partes todavía no han logrado suscribir un acuerdo, el líder del opositor Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), Morgan Tsvangirai, admitió ayer que las conversaciones con el presidente Robert Mugabe «van muy bien». Si las negociacione cristalizan finalmente, el país africano pasaría página tras unas sangrientas elecciones en las que los seguidores del mandatario acosaron y persiguieron sistemáticamente a sus rivales políticos.

Tsvangirai, que optó por no presentarse a la segunda vuelta de los comicios de finales de junio para evitar más agresiones, exhibió su optimismo tras una reunión con los presidentes que asisten a la cumbre de la Comunidad para el Desarrollo del África Meridional (SADC), que se celebra en Johannesburgo. Según distintas fuentes, el líder opositor negocia su entrada en el Gobierno como primer ministro ya que su partido cuenta con mayoría en el Parlamento. En cualquier caso, Mugabe conservaría el control de las Fuerzas Armadas, aunque también trata de recortar los poderes del jefe del Ejecutivo.

El presidente de Sudáfrica y nuevo titular de turno de la SADC, Thabo Mbeki, destacó en su discurso inaugural de la cumbre que las negociaciones para formar un gobierno de unidad en Zimbabue concluirían con un acuerdo «muy pronto». Las conversaciones entre el ZANU-PF -formación liderada por Mugabe- y el MDC comenzaron el 21 de julio después de que las partes firmaran un pacto para explorar la posibilidad de articular un ejecutivo compartido.

Zimbabue sufre una crisis política y económica desde principios de siglo, cuando Mugabe ordenó una reforma agraria y expropió sin compensación económica las granjas pertenecientes a los ciudadanos blancos en represalia por el apoyo que dieron al recién formado MDC en los comicios de 2000.