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M.RUIZ
Martes, 17 de junio 2008, 02:40
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Teodora Gutiérrez imparte desde 1980 las clases del aula municipal de cerámica. Esta apasionada de la pintura, su gran hobby, pone toda su creatividad para ayudar a los niños a dar vida al barro. Ayer repartió a los alumnos de infantil del colegio Público Ezequiel Moreno las piezas que han realizado atendiendo a sus cuentos. Hoy las repartirá los niños de 3 a 6 años del Colegio La Salle-El Pilar.
- ¿En qué ha consistido la actividad?
- A través del área de cultura del Ayuntamiento he impartido a los niños de infantil del colegio público y de La Salle una clase de cerámica de una hora por grupo. Les contaba un cuento y sobre el que cada uno realizaba su obra. Me gusta despertar emociones y sentimientos. Un grupo hizo un cofre lleno de besos para regalárselo a sus mamás. Otros han hecho unas ranitas que traerán suerte, y a otro grupo les conté un cuento con cigüeñas.
- Además de esta actividad, usted da las clases de cerámica. ¿Dónde? ¿Cuándo son? ? ¿Cuántos niños acuden?
- Las clases se desarrollan entre noviembre y mayo, en el taller municipal de cerámica ubicado en el colegio José Elorza. Este curso ha habido 23 niños entre 4 y 12 años.
- En sus clases la imaginación de los pequeños tiene un papel fundamental.
- Los niños cogen una bola de barro y la convierten en un rey. Dan alma a lo que fue inanimado porque ponen su amor en todo lo que hacen. Nunca los niños son más grandes ni más libres que cuando aman una forma y le dan vida con las manos. Las figuras son algo que nace del fondo de cada uno; para ellos son sus tesoros. A la vez que desarrollan su imaginación, les intento educar en valores.
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