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Un alcalde con mucha escuela
MANOLO SÁINZ | ALCALDE DE LOGROÑO DE 1983 A 1995

Un alcalde con mucha escuela

El ex regidor se jubila tras 31 años en la Escuela de Artes

J.E.

Viernes, 23 de mayo 2008, 10:21

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«El parque del Ebro debería llevar tu nombre», le dijo ayer a Manuel Sáinz Ochoa el director de la Escuela de Arte de La Rioja, Ricardo González. Fue en el acto de homenaje que le brindó el centro educativo logroñés al que fuera alcalde de Logroño y también profesor de la escuela desde hace 31 años. Manolo Sáinz se jubila. Deja la docencia y miles de horas de clase a sus espaldas pero también un legado de doce años como regidor, un récord temporal que todavía no ha superado ningún otro alcalde democrático de la capital.

El del parque del Ebro fue uno de sus grandes logros, quizás el más recordado, pero no el único de este histórico del socialismo riojano forjado en la política de la Transición democrática. Sáinz Ochoa fue el primero en ver las enormes posibilidades que brindaba el río como espacio para el ocio de Logroño y de esa visión salió igualmente el complejo polideportivo de Las Norias. Y fue durante su mandato cuando se acondicionó La Grajera como gran parque del cinturón de Logroño.

Sensible también a las inquietudes culturales y artísticas que liberó la llegada de la democracia, su gestión incluyó actuaciones reseñables como la rehabilitación del Teatro Bretón y el impulso a la sala Amós Salvador y Cultural Rioja. Ayer mismo, minutos antes de que comenzara el homenaje que le rindió la Escuela, recordaba que «Logroño era un desierto cultural» al finalizar el franquismo.

Historiador y psicólogo

Logroñés nacido en Cervera porque allí veraneaban sus padres el 13 de agosto de 1947, Manuel Sáinz siempre vivió rodeado de libros y cultura. Hijo del conserje del Instituto Sagasta, vivió su infancia y primera juventud entre las paredes del venerable centro docente logroñés. Fue antes de que se marchara a Barcelona, desde donde volvió a Logroño con dos títulos bajo el brazo, uno de profesor de Historia y otro de Psicología. Tras aprobar una oposición de Historia del Arte, ocupó plaza en la Escuela de Arte, institución a la que ha estado ligado profesionalmente hasta hoy, con el paréntesis de sus años como alcalde.

Manolo, como es conocido entre sus allegados, vivió desde dentro la lucha del socialismo por alumbrar la democracia y hacer del país un Estado moderno. Hombre cultivado, buen orador, inteligente y dialogante, aquel joven profesor de Historia no tardó en ascender en el escalafón del PSOE. Lideró las listas socialistas a las municipales de Logroño del año 1979 y aunque se impuso la candidatura de UCD de Miguel Ángel Marín, consiguió diez concejales que le anticipaban un futuro prometedor.

Sus pronósticos no tardaron en cumplirse y en la siguiente cita electoral de 1983 obtuvo la victoria. Eran los años en los que soplaban vientos más favorables para el socialismo en La Rioja, impulsados también por la fuerza que exhibía el PSOE en todo el país. Manolo Sáinz rememora aquella primera etapa de alcalde como un periodo «muy intenso y también muy creativo». A él le tocó pilotar en Logroño el esfuerzo modernizador desplegado para devolver a España al contexto europeo. El ex alcalde recuerda que aquel cambio que vivió el país «se hizo a través de las ciudades» y en ellas fue donde se conformó «la nueva cultura política», la de los valores democráticos.

El electorado reconoció su labor y volvió a sentarle en el sillón de la Alcaldía en otras dos ocasiones. En la última de ellas, en coalición con el CDS de Pilar Salarrullana, inició una política de peatonalizaciones muy criticada entonces pero que el tiempo ha demostrado que fueron un acierto.

Aunque el tirón popular de Manolo fue siempre grande, las circunstancias del PSOE en 1995 eran muy distintas a las de aquel partido que arrastraba masas en el inicio de los ochenta. La corrupción y los escándalos minaban por entonces al socialismo, que caía en picado en todo el país. Manuel Sáinz se presentó a un cuarto mandato, pero no ganó y retornó a su plaza de profesor de la Escuela de Arte. Ahora inicia una segunda retirada, la de la jubilación profesional, y ansía algo más de tranquilidad y poder dedicar más tiempo a sus aficiones.

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