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VOLANDO. Parra encara a Francis Miras. / FERNANDO DÍAZ
Sólo queda el orgullo
Balonmano

Sólo queda el orgullo

Un Naturhouse reducido a la mínima expresión por las bajas visita hoy a un necesitado Almería

PABLO ÁLVAREZ

Sábado, 26 de abril 2008, 02:50

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El final, menos tres partidos. Pero qué larga se va a hacer esta coda de la temporada para el Naturhouse. Como si una cuerda demasiado tensa se hubiera roto, el equipo que ha batido todos los récords de lesiones esta temporada llega al final superándose a sí mismo. Hoy, así, toca jugar en Almería con un equipo con tantos huecos que más parece un queso de gruyere.

Porque el Naturhouse ha viajado hasta la otra punta de España con 12 jugadores, pero básicamente porque la Asobal obliga a tener una docena de hombres sentados en el banquillo, so pena de multa. Porque no están ni Romero, ni Pérez Marne, ni Alonso ni Pepe Novelle, y porque Fis y Torrego, que sí han viajado, no jugarán a no ser caso de extrema necesidad, de lo maltrechos que se encuentran.

A Jota González, así, le quedan 10 jugadores, de los cuales 4 son extremos. Ningún lateral diestro, un solo pivote; Oneto, Amargant, Mojsovski y Belaustegi tendrán que estar casi todo el partido en la cancha; sólo Isaías queda para dar recambio, y podría hasta jugar minutos en el centro del ataque, lo nunca visto hasta ahora.

A un equipo en estas condiciones, así, sólo le queda el orgullo para plantar cara cuando no se juega nada, y cuando el de enfrente se lo juega todo. Porque Almería sabe que gran parte de sus opciones para quedarse en la Asobal pasan por vencer esta tarde y alcanzar así a su más directo rival, Algeciras, que juega en Barcelona.

Nada de «árbitros»

Orgullo, y profesionalidad. Jota González, el técnico de los riojanos, recuerda que «no tenemos por qué ser jueces de la liga; nuestra obligación es salir a ganar, y dar todo lo que tenemos». Eso, a pesar de que González reconoce que va a ser muy complicado motivar a una plantilla sin un objetivo claro, y compuesta por hombres que ya saben cuál es su futuro el año que viene. «Unos saben que no seguirán, otros que sí, y es verdad que no tenemos ningún objetivo vital enfrente», explicaba el técnico. «Pero tenemos que seguir dando la cara. Todo el mundo está en la obligación de intentar ganar».

Intentarlo, al menos. Estar cerca de ello ya sería un logro para un equipo en estas condiciones. Cosas más raras se han visto.

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