Un coleccionista ofrece a Cultura 200 cuadros para abrir un museo en Correos Mente para los negocios y espíritu de artista

El empresario alemán afincado en España Hans Rudolf Gerstenmaier ha brindado a La Rioja otra excelente oportunidad para convertirse en sede de una colección artística de notable valor. Propietario de más de 200 obras pictóricas de autores europeos que datan desde el siglo XV hasta el XX, este magnate ha transmitido a la Consejería de Cultura del Gobierno riojano su interés en que Logroño acoja su colección de manera permanente.

El ofrecimiento se ha formalizado ya a través del profesor e investigador logroñés de arte Francisco Fernández Pardo, quien en fechas recientes ha mantenido dos encuentros con el consejero Luis Alegre y el director general de Cultura, Javier García Turza. De edad avanzada y sin descendientes que puedan hacerse cargo del tesoro artístico que ha ido acumulando a lo largo de los años, Gerstenmaier desea que una institución se haga cargo de sus cuadros y les garantice un tratamiento técnico y una conservación adecuados en un espacio de cierta entidad arquitectónica donde las pinturas puedan también mostrarse al público.

El Gobierno de La Rioja ha ofrecido al coleccionista toda su colaboración, pero la iniciativa se ha topado con un escollo que necesita del concurso del Ejecutivo español para su resolución. El empresario y su representante piensan que el edificio de Correos, en la plaza de San Agustín, es el enclave idóneo para acoger la colección. Además de reunir condiciones arquitectónicas notables, la ubicación de las piezas artísticas en este inmueble permitiría configurar un espacio museístico de gran interés junto a otros enclaves como el Museo de La Rioja, la Sala Amós Salvador y el edificio del Parlamento, también sede ocasional de exposiciones.

Edificio del Estado

Cultura comparte este parecer pero el hecho de que la titularidad de Correos corresponda al Estado -al Ministerio de Fomento- le impide resolver definitivamente la cuestión. Por ello, ayer mismo el consejero Luis Alegre dirigió una carta al ministro de Cultura, César Antonio Molina, en la que le informa de la situación y le solicita una entrevista para tratar sobre el tema. «Es de gran importancia no sólo para La Rioja, sino para el panorama cultural español, que una gran colección de obras de arte (...) pudiese estar en nuestro territorio. Para La Rioja significaría algo francamente estupendo», afirmó ayer el director general de Cultura, Javier García Turza, al ser preguntado por este diario.

Que el Gobierno español accediera a la petición de La Rioja sería el primer paso para materializar esta oportunidad que se ha presentado. Para más adelante quedarían por resolver otras cuestiones, entre ellas acondicionar el edificio para un uso museístico en vez de oficinas como está previsto, lo que a su vez conllevaría buscar otra sede para los funcionarios de Correos.

La colección privada de Gerstenmaier la componen más de 200 obras pictóricas, entre las que destacan tablas y lienzos de la pintura flamenca, con piezas de autores como Martin de Vos, Abraham Janssens, Adrian de Gryef y también de seguidores de Anton van Dyck o de Van der Weyden. En su haber figuran también ejemplos del impresionismo español, caso de cuadros de Sorolla, Nonell, Anglada Camarasa, Beruete y Regoyos, entre otros. Y hay también algún Miró. Todos adquiridos por este empresario en los últimos años, desde que vendió la próspera empresa de recambios de automóviles que fundó en 1965 en nuestro país. La biografía de Hans Rudolf Gerstenmaier tiene muchos puntos en común con el de Reinhold Würth, el magnate que acaba de abrir un museo de arte contemporáneo junto a su sede empresarial del polígono El Sequero. Con él comparte su origen alemán, su espíritu emprendedor, sus negocios relacionados con la maquinaria y una gran pasión por el arte. Dos trayectorias paralelas a las que ahora se ha sumado otra: su interés en nuestra región para acoger y exhibir su patrimonio artístico.

Jubilado ya desde hace varios años, Gerstenmaier se afincó en nuestro país en la década de los sesenta y creó una empresa de importación de repuestos de automóviles, que vendió en el 2000. Llevado por su interés artístico invirtió gran parte de su fortuna en obras pictóricas guiándose por su gusto personal y aprovechando las oportunidades que le brindaban anticuarios y subastas.

El investigador de arte y académico de la Real Academia Catalana de Bellas Artes Francisco Fernández Pardo, quien ha catalogado una gran parte de esta obra y que ejerce de representante del empresario en su propuesta para legar los cuadros a La Rioja, ha destacado la gran variedad de estilos y épocas de esta colección, que se nutre de pinturas poco conocidas pero de enorme valor e importancia para nuestro patrimonio artístico.