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López Garrido, de espaldas, conversa en el hemiciclo con Sáenz de Santamaría, Acebes y Rajoy. / MANUEL H. DE LEÓN-EFE
Rajoy fulmina al equipo de Zaplana
ESPAÑA

Rajoy fulmina al equipo de Zaplana

Los populares veteranos reciben de uñas a Soraya Sáenz de Santamaría y algunos se proponen rechazar cambios en el grupo parlamentario

MAGIS IGLESIAS

Miércoles, 2 de abril 2008, 10:11

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Mariano Rajoy hizo borrón y cuenta nueva en el Grupo Parlamentario Popular y fulminó al equipo de dirección que trabajó con Eduardo Zaplana en la pasada legislatura. Con Soraya Sáenz de Santamaría, el líder del PP trasladó a todos sus colaboradores desde la calle Génova (sede central del partido) al Congreso de los Diputados para gobernar el grupo de diputados populares con gente de su estricta confianza.

La nueva portavoz en el Congreso no tuvo un estreno cómodo ni fácil en el primer día de la legislatura porque fue recibida de uñas por buena parte de sus diputados. Los nombramientos del consejo de dirección dinamitaron el margen de confianza que algunos parlamentarios habían concedido a Sáenz de Santamaría y el enfado ofreció el primer síntoma de indisciplina en las votaciones de los miembros de la Mesa.

La designación de José Luis Ayllón como secretario general del grupo causó una gran sorpresa por tratarse de un jovencísimo diputado, con escasa experiencia y que en el partido ocupa un cargo de cuarto nivel como secretario de área a las órdenes de Gabriel Elorriaga. En la campaña electoral, Ayllón gestionó la página web de Rajoy y el argumentario que se difundía entre los candidatos y dirigentes del partido. El perfil del nuevo secretario general es novedoso, dado que se encargará de mantener la disciplina entre los diputados.

Como portavoz adjunto, el líder del PP situó en lugar preeminente a su amigo personal Arturo García Tizón, que regresa así a la política activa tras haberla dejado cuando fracasó como secretario general del PP con Antonio Hernández Mancha, a finales de los 80. Completan el equipo como portavoces adjuntos la jefa de gabinete de Ángel Acebes, Cayetana Álvarez de Toledo, encargada de repartir el trabajo entre los diputados; la andaluza Fátima Báñez; el vasco Alfonso Alonso; el castellano y leonés Jesús Merino, y el gallego Celso Delgado.

Camarilla

El reparto territorial también fue objeto de crítica por el peso de Cataluña, Galicia y País Vasco, donde el resultado electoral dejó mucho que desear en relación con los éxitos de las organizaciones de la Comunidad Valenciana, Madrid o Murcia, que no tienen presencia en la nueva dirección.

«Ha colocado a su camarilla», acusaban los más descontentos. Además, el jefe de gabinete de Rajoy, Francisco Villar, será el nuevo tesorero del grupo, mientras que para nadie es un secreto que Báñez, Villar y Celia Villalobos forman un grupo de amigos inseparables de Sáenz de Santamaría. No es de extrañar que los ochos votos que les faltaron a los candidatos del PP a secretarios de la Mesa se interpreten entre los populares como un gesto de protesta contra Villalobos e incluso contra su esposo, el asesor de Rajoy Pedro Arriola.

Pero no fue ésta la única muestra de indisciplina que dejó la primera jornada de la legislatura en el partido opositor, porque a Ana Pastor también le faltaron dos votos cuando fue propuesta como candidata del PP a presidir la cámara baja.

Mariano Rajoy quiere cortar con el pasado inmediato de su partido y se dispone a hacer una apuesta fuerte por gente de su más estricta confianza. Los únicos vestigios que ha dejado del equipo parlamentario anterior son el secretario general técnico, Teófilo de Luis, que ocupa este cargo desde hace muchas legislaturas, y el secretario tercero de la Mesa, el valenciano Ignacio Gil Lázaro, conocedor de los trámites parlamentarios. El vicepresidente tercero, Jorge Fernández Díaz, que ya estaba en la dirección del grupo, pertenece al equipo de Rajoy desde muy antiguo.

El disgusto y la desilusión de los más veteranos contrastaba ayer en los pasillos del Congreso con la inquietud de los más jóvenes y recién llegados, dispuestos a apoyar a Sáenz de Santamaría y aprovechar la oportunidad que les ofrece un grupo renovado. Rajoy debía de ser consciente del riesgo que corre la recién nombrada portavoz y tuteló su primera intervención ante el plenario.

Nerviosismo

Sáenz de Santamaría buscó el apoyo de su grupo para «hacer una oposición constructiva y seria» y expresó su agradecimiento a la labor realizada por el equipo saliente. «Espero estar a la altura», deseó, al tiempo que reconoció que las comparaciones con Eduardo Zaplana le han puesto las cosas «muy difíciles».

La portavoz estaba muy nerviosa, según muchos de los asistentes, e incurrió en el error de instruir a sus parlamentarios sobre el complejo sistema de votación de los miembros de la Mesa, con una profusión de detalles que incomodó a los más antiguos, que se consideraron maltratados.

Agotados los nombramientos de la dirección del grupo parlamentario con el traslado del equipo de Rajoy al Congreso, queda conocer la atribución de portavocías y las presidencias de comisión que ocupará el PP. En un primer momento y, movidos por el disgusto inicial, varios diputados de larga experiencia aseguraron que no aceptarían responsabilidad para participar en un equipo «con nulo peso político».

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