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DEPORTES

Sí hay dolor

El Naturhouse sigue con su cruz de lesiones: ayer perdió a Belaustegi en pleno partido

PABLO ÁLVAREZ

Domingo, 2 de diciembre 2007, 02:23

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Un pata peluda de conejo, una castaña en el bolsillo; agua del Jordan, ajos gallegos. Sobar la chepa de un jorobado, la tripa de una embarazada. Dicen que esas cosas dan suerte: pues que se deje el gerente de comprar jugadores y vaya encargando amuletos, porque a este equipo le saltan las costuras de pura mala suerte. Jota González pone cara de resignación, y a este paso la estancia en Logroño le va a costar un año de vida. Porque lo del Naturhouse con las lesiones pasa de castaño oscuro. Es casi negro.

No basta con cuatro roturas en once partidos -Isaías, Novelle, Alonso, Oneto- mas otras cuantas lesiones normalitas de las de un partidito por aquí y otro por allá. Tiene que haber más y más. Siempre atacando al hombre más en forma, siempre en el peor momento.

El Naturhouse llegaba a esta semana con la promesa de algo inédito: tener, por primera vez en la liga, dos jugadores por puesto. La repanocha.

Pero no, tuvo que lesionarse alguien; y por supuesto, el que más en forma viniera: Havard Tvedten, cuya racha goleadora le ha llevado al segundo puesto de la clasificación de Asobal, solo pudo salir a tirar penaltis. Los metió, al menos. Su sustituto, Parra, sufrió dos exclusiones en la primera mitad que le dejaron imposibilitado para una de sus virtudes, la defensa en el adelantado. Y tampoco él, medio esguinzado, andaba fino.

Pero eso no era suficiente, claro. Por si acaso, Belaustegi sufrió un pisotón que le dañó un dedo. Cojeaba visiblemente, y sólo pudo defender de vez en cuando. Oportunidad para Isaías, pero el de Petrer no tenía su día. La lesión ha cortado su buen arranque, y ahora le está costando. Y eso que Guardiola se trajo a su peñita de seguidores de su localidad natal, no muy lejana a Torrevieja.

Desfondado

La falta del último lesionado del año, Marco Oneto, acabó notándose. Ángel Romero tuvo toda la responsabilidad en defensa y ataque, y aunque empezó muy bien, acabo visiblemente desfondado en la segunda mitad.

Lo malo de tanto dolor es que obliga a hacer parches. Si no está Oneto, Romero debe defender fuera del sitio donde suele hacerlo. Si no está Tvedten, y con Parra hay que tener cuidado, hay que hacer pruebas con los dos extremos de la misma mano (Masachs y Aguirezabalaga) para defender. Si falta gente, Amargant se queda sin descanso, y su depósito va empequeñeciéndose según pasan los partidos. Los cambios ataque-defensa se hacen kafkianos, y si hay alguien listo en el equipo contrario puede sacar petróleo.

Y Torrevieja es la corte de un tipo muy listo, el danés Henrik Hansen. Puede que el rubio peine una raya en medio que parece dibujada por su mamá, pero eso debe ser lo único infantil en él. El resto es un pedazo de jugador de los que disfrutan con esto. Y ayer rió mucho. Mientras, otros (el Naturhouse) penaban. Otra vez.

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