Borrar
POLÉMICA. Albert Boadella defiende a Ponce y carga contra José Tomás por sus declaraciones. / L. R.
Boadella, José Tomás y el decálogo del toreo
SOCIEDAD

Boadella, José Tomás y el decálogo del toreo

Albert Boadella dice que «José Tomás habla poco y, cuando lo hace, mete la pata» y después lanza su decálogo de razones por las que ama la fiesta, a la que calificó como un rito y una metáfora de la vida

PABLO G. MANCHA

Domingo, 28 de octubre 2007, 02:47

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

«José Tomás habla poco, pero las pocas veces que habla mete la pata. Es una pena, porque yo lo aprecio, pero es un comentario fuera de lugar e injusto, sobre todo esta temporada. Enrique Ponce dice una cosa esencial: una cornada es un error. Pero José Tomás debe haber dicho esto por la poca práctica que tiene en hacer declaraciones, porque puede pensar lo que quiera, pero también hay que tener el don de la oportunidad y cuidar las formas». Así se tomó el dramaturgo catalán Albert Boadella -que acaba de publicar el libro 'Adiós a Cataluña', con el que ha logrado el premio Espasa de Ensayo- las declaraciones realizadas por José Tomás en México en las que acusaba a Enrique Ponce de tener un concepto de mínimo riesgo en su forma de comprender el toreo. Boadella participó con Ponce en un singular mano a mano en Sevilla en el que ambos compararon el toreo y las artes escénicas. Por su parte, el matador de Chiva no quiso pronunciarse sobre las declaraciones de José Tomás: «Prefiero no entrar ahí, siempre lo he venido haciendo así y prefiero no hablar del tema».

En dicho acto, moderado por el periodista José Enrique Moreno, Boadella encontró como gran nexo de unión entre el toreo y el teatro al público, «porque tanto la corrida como la obra teatral se realizan ante unos espectadores, que de no existir, ninguna de las dos tendría el mismo sentido». También dijo que «no es bueno un torero que tenga mucho teatro, como tampoco lo es que el actor sea muy realista». Por su parte, Ponce sí que vislumbró algunas relaciones, «sobre todo en los preliminares, como el acto de vestirse de luces o en el mismo paseíllo, donde el torero interpreta su propio papel de torero».

Sin embargo, lo más sorprendente fue el decálogo del toreo de Boadella, en el que explicó las razones por las que ama a la fiesta de los toros y argumentó que «no puede ser divertido un acto que conlleva el peligro de la muerte. El toreo está más cerca de ritual religioso que el teatro. Hay un protocolo inmutable, como en el rito religioso. El mismo torero, vestido según una costumbre inveterada, es un sacerdote que oficia el sacrificio». Dijo después que la base del teatro es la sorpresa, «porque puede ocurrir cualquier cosa. En la tauromaquia todo es diferente». Y entre sus muchos asertos quedaron sentencias como, «cuando el torero es bueno no hay lugar a la comedia ni a las bromas».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios