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Primera merienda
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Primera merienda

El CD Logroñés sacia su hambre de victoria a costa de un flojo Real Unión

J.L. GARCÍA ÍÑIGUEZ

Lunes, 10 de septiembre 2007, 10:52

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El Club Deportivo Logroñés saltó ayer a Las Gaunas con hambre. Tras dos jornadas sin apenas comer -tan sólo el apetitivo de un punto ante la Cultural- los blanquirrojos necesitaban ganar. Más que nada para no entrar en una dinámica peligrosa. Así que ayer el Logroñés se sentó a la mesa, puso el mantel (el cuidado césped del Municipal hizo tal función) y merendó a gusto.

El equipo disfrutó, sobre todo, en la primera mitad. Las jugadas de calidad volvieron a aparecer en Las Gaunas, como dos semanas atrás ante la Cultural. De nuevo, José fue protagonista. Y con él, Iván Díaz. El I+D del Logroñés. Investigación y desarrollo, así fue el pase del primer gol. Díaz controló a la perfección el cuero en la derecha. Levantó la cabeza (investigación) y sacó el tiralíneas para dar un pase marca de la casa (desarrollo). José hizo el resto con una buena definición.

Pero el catalán no se quedó ahí. Dio otras dos asistencias de mérito que quedaron inutilizadas por el trío arbitral. En la primera ocasión, de nuevo José recibió el pase y recibió una dura entrada por detrás al borde del área. Pareció falta clara. No así para el colegiado. En la segunda, el asistente fue el único de Las Gaunas que vio fuera de juego, también de José.

En posición legal sí que recibió Tomi un pase de José en el minuto 21. El canario miró al portero. Unos metritos por delante. Lo justo. Vaselina, como no podía ser de otra manera y gol. Bonito y efectivo. El resumen del Logroñés de la primera parte de ayer.

Receso

A partir de ahí, el Logroñés se apartó un rato de la mesa. Hizo un receso en la merienda. Pausa para digerir. Y casi corte de digestión cuando Campos y Heras no se entendieron en una cesión de cabeza del defensa. Fue córner. Pudo ser mucho peor. Y es que el Logroñés evidenció de nuevo algo de inseguridad atrás, aunque menos que en las dos primeras jornadas. Gracias al debutante Galiano o gracias, probablemente, a una mejoría global del sistema defensivo.

Por suerte, los pequeños despistes se quedaron sólo en sustos y los blanquirrojos se fueron con 2-0 al descanso. Y con la alegría de su público. Una sensación de felicidad que se prolongaría nada más arrancar el segundo periodo, como los matrimonios que tienen su primer hijo al poco de casarse. Sonrisa perpetua. Era el minuto 47. José dio un buen pase interior a Chus López que pisó área por el costado derecho y cedió a Tomi para que marcara prácticamente a placer. El canario, feliz con sus dos tantos y el Logroñés, cada vez más cerca de que no se le atragantara la victoria.

Sólo faltaba por saber si el partido no duraría demasiado. Porque existió cierto temor en el ambiente. Pero dicen que un rayo no cae dos veces en el mismo lugar. Así que la tragedia no se repitió, pese al golazo de Goikoetxea en el minuto 72. Y también a pesar del vuelco al corazón que le dio a la parroquia blanquirroja cuando Campos despejó hacia su portería. Por suerte, la pelota se fue a córner.

Así que el Logroñés ganó ayer a costa de un Real Unión que no ofreció casi nada positivo en su paso por Las Gaunas. Había hambre en la plantilla de Quique Setién. Y ayer se notó en el modo en que sus jugadores celebraron los tres puntos. Fue una victoria merecida. Fue, en fin, la primera merienda de la temporada.

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