Rajoy reta a Zapatero a no volver a negociar y el PSOE promete perseguir a los terroristas

Rajoy no se fía de Rodríguez Zapatero y no le basta con la ilegalización de ANV para abandonar su posición crítica con la política antiterrorista del Gobierno antes de las elecciones. El presidente del PP quiere que el líder de los socialistas asuma el compromiso electoral de no volver a negociar ni dialogar con ETA en el futuro.

El candidato de la oposición no está dispuesto a dejar a un lado el terrorismo en su discurso electoral e intentará presentar a Zapatero como una amenaza para la lucha antiterrorista si consigue demostrar que existe una posibilidad real de que repita la misma posición que mantuvo durante el alto el fuego de ETA. Rajoy exigió ayer a los socialistas que, antes de llamar a los españoles a las urnas, garanticen al electorado que «no habrá ningún proceso de negociación con ETA». «Es algo que el señor Rodríguez Zapatero no ha hecho», apostilló.

El líder de los populares declaró «fracasada» la estrategia del PSOE a favor del proceso de paz y explicó que es necesario cerrar para siempre la solución dialogada de la violencia. «La única posibilidad que tienen los terroristas de ganar es ver que alguien está dispuesto a negociar políticamente con ellos», afirmó y añadió que mientras haya un partido con posibilidad de gobernar que mantenga abierta esa expectativa «los terroristas seguirán teniendo esperanzas».

Además, Rajoy volvió a exigir que se ponga en marcha «ya» el proceso de ilegalización de ANV y reclamó que se rompan las coaliciones que permiten a este partido gobernar en algunos municipios vascos. «Ahora toca hacer política», indicó en una invitación a los socialistas para constituir un frente común en el País Vasco contra el partido que considera tapadera de Batasuna.

En respuesta a Mariano Rajoy, el Gobierno alega que trabajará con firmeza, determinación y una lucha sin descanso para acabar con ETA . El Gobierno y el PSOE insistieron ayer en esa receta, avanzada por José Luis Rodríguez Zapatero el pasado domingo en la fiesta minera de Rodiezmo, y que los socialistas piensan repetir hasta la saciedad de aquí a las elecciones generales de marzo. No habrá más diálogos con los terroristas y el Ejecutivo será «implacable» hasta meterlos en la cárcel.

«A por ellos»

La consigna ahora es «a por ellos», explican en privado fuentes del Gobierno, que destacan que, roto el alto el fuego, ya sólo queda retomar viejos procedimientos y confiar la tarea de acabar con ETA a las fuerzas de seguridad, los jueces y la colaboración internacional. La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, recalcó ayer lunes que ETA «no tiene nada que hacer» porque el Ejecutivo será severo y no descansará hasta derrotarla mediante «la firmeza, la determinación y la eficacia policial».

La 'número dos' del Ejecutivo enmarcó en esa estrategia el último golpe asestado a los terroristas por las policías francesa y española, que el pasado sábado desmantelaron su base operativa en la localidad gala de Cahors. En declaraciones a RNE, Fernández de la Vega explicó que el Gobierno tiene la voluntad de «seguir luchando» con todos los instrumentos del Estado de Derecho, y «no hay ninguna posibilidad» de volver a dialogar con ETA .

Con la misma determinación se expresó el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, tras asistir junto al presidente del Gobierno a la primera reunión de la cúpula de su partido en este curso político. Tras felicitar a las fuerzas de seguridad, Blanco avisó a los etarras de que «la violencia sólo les conduce a un destino: la cárcel». «Hemos sido firmes en el intento de diálogo, seremos firmes en la persecución de los violentos porque el objetivo es el mismo: acabar con la violencia».

De la Vega lamentó que «el PP ha hecho todo lo posible para obstaculizar la acción del Gobierno frente al terrorismo y ha repetido mil veces que ETA está más fuertes que nunca».