Borrar
El vicepresidente económico, Pedro Solbes, en el Congreso. / EFE
La subida de precios de los alimentos complica las previsiones del Gobierno
Economia

La subida de precios de los alimentos complica las previsiones del Gobierno

La tensión en el mercado inmobiliario puede traducirse en un aumento del desempleo en el sector

M. J. ALEGRE

Domingo, 2 de septiembre 2007, 02:57

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El equipo económico del Gobierno se ha incorporado a sus despachos para afrontar la recta final de la legislatura con inquietudes adicionales. Un imprevisto encarecimiento de los alimentos se va a añadir a la subida del precio del crudo para complicar el control de la inflación, y la 'tormenta' financiera provocada por la crisis de las hipotecas 'basura' de Estados Unidos puede complicar el cambio de patrón del crecimiento del Producto Interior Bruto. Ya estaban previstas menores aportaciones del consumo doméstico y la construcción, simultáneas al auge de la inversión industrial y las exportaciones.

En un panorama del que no están ausentes los nubarrones, no hay previstas medidas de acción directa como las adoptadas por las autoridades de Estados Unidos -al fin y al cabo, las hipotecas de 'alto riesgo' son un producto de su gestión-, pero la agenda del Gabinete español contempla algunos paliativos.

La puesta en marcha de la nueva Comisión de Defensa de la Competencia, el 'paquete' de medidas para fomentar el alquiler que prepara la recién estrenada ministra de Vivienda o la tramitación parlamentaria de la reforma hipotecaria y de la normativa sobre el mercado financiero (MIFID) pueden ayudar a corregir algunas desviaciones.

Sin olvidar que el Ejecutivo le queda la principal arma de acción económica: el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el próximo año. Este otoño, el borrador de cuentas públicas es, más que nunca, un ejercicio de equilibrio. El responsable económico desearía presentar un plan que fuera, a la vez, reactivador de la economía en aquellos ámbitos donde ya se percibe desaceleración, pero poco complaciente con el gasto público. Y tiene la necesidad de conjugar estos principios con las demandas de grupos parlamentarios de oposición, para captar su voto y lograr la aprobación en el Parlamento.

La subida de precios de alimentos básicos -leche, pollo, huevos, pan- que se está produciendo estos días tiene como causas el fuerte tirón de la demanda de países emergentes y la sustitución de unos cultivos por otros, al sentirse atraídos los agricultores por la rentabilidad derivada del uso de biocarburantes. El Ministerio de Economía ya ha advertido que extremará la vigilancia, pero corresponde a la nueva Comisión Nacional de Competencia -que arrancó ayer 1 de septiembre- velar porque no se produzca la concertación de precios.

Las hipotecas 'basura' no existen en España, donde el sector financiero parece quedar al margen de esa crisis -la operatoria de los préstamos ha funcionado con bastante rigor, la morosidad se encuentra en mínimos históricos y las entidades tienen dotadas cuantiosas provisiones-, de manera que las salpicaduras solo han afectado a algunos productos de inversión.

Desaceleración

Aquí se está dando, sin embargo, una peculiar tensión en el inmobiliario. Productores y promotores se ven afectados por la desaceleración de la actividad, lo que puede traducirse en un aumento del desempleo en un sector de elevada ocupación, y en una merma del consumo.

Muchas economías domésticas se resienten de la subida de los tipos de interés, porque contrataron préstamos hipotecarios cuando el dinero se obtenía barato. Y puesto que bajos tipos y fuerte demanda dispararon los precios de los pisos, hay segmentos de población (jóvenes y no tan jóvenes, inmigrantes, rentas bajas y medias bajas) que se han visto expulsadas del mercado.

Las actuaciones que tenía previstas el Gobierno para los meses finales de la legislatura van a incidir de forma tangencial en estos problemas. La apuesta de la nueva ministra de Vivienda por el alquiler tropieza con la visión del Ministerio de Economía, que se niega a generalizar un nuevo sistemas de desgravaciones con el argumento de que, si hay ventajas para todos, una demanda superior a la oferta volverá a disparar los precios. Las deducciones se limitarán a ciertos colectivos como el de los jóvenes. Aunque el vicepresidente económico Pedro Solbes parece partidario de poner el techo en los 30 años, esa posición podría flexibilizarse.

Una nueva reforma de la legislación hipotecaria -que rebaja las comisiones por cancelación anticipada, las comisiones notariales y registrales por subrogación, cancelación y novación- prosigue, mientras tanto, su tramitación en el Parlamento.

Pero la crisis hipotecaria, en su vertiente internacional, también es una cuestión de falta de transparencia de los mercados. Algo puede ayudar a que la situación mejore la directiva sobre mercados de instrumentos financieros, que en el argot del sector se conoce como MIFID.

Cuando se produzca su aprobación por el Parlamento, las empresas de servicios financieros estarán obligadas a proporcionar al cliente la información necesaria para que pueda comprender la naturaleza y los riesgos de la propuesta que se le formula. Sólo los usuarios considerados 'profesionales' -clientes con experiencia, cualificación y conocimientos necesarios para tomar sus propias decisiones de inversión- podrán quedar al margen.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios